"Me marcho de este país de mierda", le decía a Walter Lavitola, contra quien la Justicia italiana emitió una orden de búsqueda".
"Dentro de unos meses me voy... me marcho de este país de mierda que
me da náuseas...punto y basta", decía el jefe del Gobierno italiano a
Walter Lavitola, contra quien la justicia italiana emitió una orden de
busca y captura por un caso de extorsión al primer ministro.
La conversación telefónica se produjo, según los medios de
comunicación, el pasado 13 de julio y duró 13 minutos y en ella se
abordaron varios temas, pero el tono de Berlusconi sube cuando se habla
del caso de la supuesta logia masónica P4, en la que estarían implicados
algunos de sus colaboradores.
"No me importa nada porque yo soy transparente, tan límpido en todo
lo que hago que no me afecta nada. Yo no hago nunca nada que pueda
convertirse en un delito, así que estoy completamente tranquilo",
afirmó.
Y agregó: "Lo único que pueden decir de mí es que tengo sexo. Esto es
lo único que pueden decir que hago, así que, que me pongan micrófonos
donde quieran y que escuchen mis conversaciones. No me importa. Total,
dentro de unos meses me voy por mi cuenta a otro sitio".
Debido a estas pesquisas, un juez ordenó el arresto del empresario
Giampolo Tarantini y su esposa Angela Vevenuto por un supuesto chantaje a
Berlusconi, con motivo de sus fiestas privadas con chicas, algunas de
ellas supuestamente prostitutas.
Para la fiscalía de Nápoles (sur de Italia), la conversación entre
Berlusconi y Lavitola es relevante, pues prueba que existía una relación
de amistad entre ellos y, por eso, ha sido incluida en la
investigación.
Para los fiscales, Lavitola, que actualmente se encuentra en paradero
desconocido, se propuso como intermediario entre Tarantini y Berlusconi
e, incluso, aumentó el importe de las facturas que le daba el
empresario.
0 comentarios:
Publicar un comentario