jueves, 8 de septiembre de 2011

Irak: ¿Qué pasó con las fuerzas policiales del mundo que garantizan el fin del terror?

Un civil iraquí murió por tortura, asfixia y palizas brutales de soldados británicos

Un civil iraquí murió tras sufrir un "episodio atroz de violencia grave y gratuita" en una "infracción grave de disciplina" por parte de los soldados del Reino Unido, afirma una investigación que publica la BBC.

Baha Musa, un trabajador de un hotel en Irak, bajo custodia del ejército británico en Basora, murió en 2003 tras recibir palizas brutales. El informe médico especifica 93 lesiones por todo el cuerpo.

La investigación está liderada por Sir William Gage, que lleva más de un año escuchando los testimonios de los testigos, que ascienden a 348.

El Ministerio de Defensa británico ha comunicado que toma nota totalmente los testimonios e informes de la investigación.

Baha Musa era recepcionista de un hotel. Tenía 26 años. Su esposa murió recientemente de cáncer y tenía 22 años cuando su marido falleció.

Fue detenido junto con otros nueve iraquíes en el hotel 'Haitham' de Basora el 14 de septiembre de 2003 por miembros del ejército británico. El arresto de Musa se llevó a cabo junto a otros civiles sospechosos de fabricar bombas y de pertenecer a la insurgencia.

Musa murió dos días después de ser detenido. Un examen forense encontró que había sufrido asfixia y 93 lesiones en todo su cuerpo, incluyendo las costillas rotas y una fractura de nariz. En una audiencia del Tribunal Superior en 2004, su padre, Daud Musa, dijo que estaba "horrorizado" por el estado del cuerpo de su hijo y que estalló a llorar cuando tuvo que identificarlo tras su muerte. En esta misma audiencia, varios testigos afirmaron que los soldados jugaban a ver quién era el que pateaba a los presos más fuerte y más lejos.

Seis soldados británicos que comparecieron en abril de 2007 fueron absueltos de abusar de los detenidos civiles, pero un séptimo, Donald Payne, admitió tratos inhumanos hacia los reos y fue encarcelado un año y expulsado del ejército, conviertiéndose en el primer criminal de guerra del Reino Unido bajo la Ley de la Corte Penal criminal.

En julio de 2008, el Ministerio de Defensa británico acordó pagar casi tres millones de libras a aquellos que fueron maltratados en Basora. El dinero se repartió entre los ocho supervivientes.

Fuente: El Mundo.es

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