The Economist publica un artículo el día de hoy en el que plantea que
los medios de comunicación en México están siendo silenciados tanto por
los integrantes del crimen organizado como por el mismo gobierno.
Para el prestigiado semanario británico, los medios nacionales que
han seguido la batalla del gobierno contra la delincuencia organizada
han dado un “giro terrible”. Y es que “curiosamente en algunas de las
zonas más peligrosas, los periódicos locales muestran sólo pocos
detalles”, dice el texto.
SIN EMBARGO.MX publica que el
artículo resalta que el año pasado, cinco periódicos anunciaron que
dejarían de cubrir temas del narcotráfico por el riesgo que representaba
para sus periodistas. Este año también, dice The Economist, se
registraron 15 ataques contra las oficinas de los medios de
comunicación; una cifra alarmente si se compara con los dos ataques
ocurridos en 2009.
La publicación advierte que ante las constantes amenazas que han
recibido distintos diarios por parte de los cárteles de la droga, los
lectores han encontrado un la red un medio para informarse de la guerra
contra el crimen organizado. No obstante, señala el documento, los
colaboradores de los sitios web no se han salvado de los ataques.
Aunque muchos sitios son anónimos, los criminales parecen estar
mejorando en localizar a los colaboradores, incluso fuera de México. El
año pasado, dos estudiantes mexicanos en la Universidad de Columbia en
Nueva York crearon un sitio web para seguir la violencia en Monterrey,
otra ciudad con problemas en el norte de México. El proyecto fue
cancelado después de que el administrador del sitio, con sede en los
Estados Unidos, recibió una llamada telefónica amenazante.
“Con los medios de comunicación tradicionales silenciados, los
mexicanos están movilizando noticias en la red. Pero ahora eso parece
demasiado arriesgado. El 13 de septiembre dos cuerpos fueron encontrados
colgados de un puente en Nuevo Laredo, en la frontera norte de México,
con la promesa de que se les daría el mismo trato a todos los chismosos
en la internet. El anuncio nombró a dos sitios web dedicados a la
información de la guerra contra las drogas a los que la pareja asesinada
había contribuido supuestamente”, detalla el semanario.
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