Cárteles mexicanos de las drogas han incursionado al estado de Texas en
búsqueda de crear en esa entidad un santuario para huir de las fuerzas
federales mexicanas, sostiene un reporte elaborado por el general Barry
McCaffrey, ex director de la Oficina de Política Nacional paral el
Control de las Drogas de los Estados Unidos (ONDCP), quien propone
enfrentar a estas bandas con una estrategia de tipo militar.
Las organizaciones criminales mexicanas dedicadas al narcotráfico ya
incursionaron en Texas con tácticas militares, por lo que solo con el
endurecimiento se podrá asegurar la frontera y que ese modelo pueda
servir a nivel nacional, concluyeron los generales McCaffrey, ex zar
antidrogas de Estados Unidos, y Robert Scales en un reporte para el
Congreso de Texas y que será enviado a Washington para obtener apoyo del
gobierno federal.
El reporte titulado La seguridad de Texas: evaluación de una estrategia
militar, dado a conocer el lunes pasado por el gobierno de Texas, del
cual EL UNIVERSAL tiene copia, propone desarrollar “una estrategia tipo
militar, operacional y táctica para asegurar la porción de Texas de la
frontera México-EU”.
Lo anterior es como resultado de que “la estrategia de nivel de guerra
del narcoterrorismo” de los cárteles mexicanos amenaza directamente a la
seguridad nacional de Estados Unidos y del hemisferio, indica el
reporte de 182 páginas, el cual afirma también que una victoria militar
requiere que los gobiernos estatales, federales e internacionales
trabajen juntos para derribar la estructura financiera de los cárteles
mexicanos.
En el caso específico de Texas, se indica, el estado cubre el 64% de la
frontera con México y cuenta con el 44% de la totalidad de la Patrulla
Fronteriza, y durante los últimos dos años ha sido amenazado
constantemente por la expansión de los cárteles mexicanos del crimen
organizado, lo cual refleja un cambio de su estrategia en un intento por
mover sus operaciones hacia los Estados Unidos.
“Los cárteles buscan crear una ‘zona sanitaria’ dentro de la frontera de
Texas —en un condado adentro— que se convierta en un santuario de las
fuerzas de la ley mexicanas, y al mismo tiempo permita a los cárteles
transformar los condados de Texas en puntos de trasiego para continuar
su transporte y distribución dentro de los Estados Unidos”, menciona el
reporte elaborado por McCaffrey y Scales, este último uno de los más
connotados expertos en guerra de EU.
Estrategia militar
El Departamento de Seguridad Pública de Texas ha desarrollado una
estrategia militar operativa en contra de los narcoterroristas, y el
estado de Texas ha organizado ese combate de una manera familiar para
los militares, creando seis comandos unificados, cada uno integrado por
un Centro de Operaciones e Inteligencia, localizados en las principales
ciudades de Texas, que son las más amenazadas por la violencia de los
cárteles mexicanos.
“Estos grupos cooperativos de participantes está representado por
componentes federales, estatales, locales y militares. El corazón y la
máquina operativa de este esfuerzo de seguridad fronterizo de Texas está
localizado en Austin, en el Centro de Operaciones de Seguridad
Fronteriza. Todos los comandos unificados y los participantes
adicionales se interceptan en una instalación administrada por la
división de los Rangers de Texas de la Dirección de Seguridad Pública”,
dice el reporte.
Sin embargo, explica, a pesar de la experiencia militar de los
participantes faltan recursos financieros, especialmente tras los
recortes presupuestales, para obtener éxito en la estrategia militar
contra los cárteles.
Texas es preferido por los grupos de la delincuencia organizada porque
ese estado ofrece un acercamiento operativo a Estados Unidos y también
de penetración al gran mercado de drogas, y el poder expansivo de los
tentáculos de los cárteles se ha convertido en una preocupación en
Texas, refiere. “Dos sheriffs del sur de Texas y 70 oficiales de Aduana y
Patrulla Fronteriza han sido condenados por su relación de corrupción
con los cárteles”, destaca además el reporte.
La espiral de violencia de México ha llegado a Estados Unidos, señala, y
Texas es la zona más cercana de combate y frente de batalla en este
conflicto, mientras que el Departamento de Seguridad Interna no atribuye
muchos crímenes a los cárteles mexicanos, en tanto que los rancheros y
granjeros no los denuncian por miedo a la venganza de los
narcotraficantes.
McCaffrey y Scales destacan que en Estados Unidos la campaña en contra
de las acciones narcoterroristas de los cárteles se quedan en el nivel
estatal, y en el caso de Texas se ha convertido en un punto crítico y en
la zona cero a nivel operativo en los esfuerzos de las organizaciones
delincuenciales por expandirse, aprovechando la separación que existe
entre las agencias mexicanas y estadounidenses que combaten el
narcotráfico.
Para lograr sus objetivos los cárteles han confiado cada vez más en
pandillas organizadas para proporcionar incontable y prescindible mano
de obra para hacer el trabajo sucio, mientras que esas pandillas son
reclutadas en las calles de Texas y dentro de las prisiones texanas, por
altos pandilleros que trabajan con los cárteles.
“Las agencias fronterizas y los funcionarios públicos son el punto
táctico. Tristemente, este nivel táctico tiene pocos recursos y es el
más vulnerable a la corrupción de los carteles”, refiere el reporte de
Barry McCaffrey y Robert Scales.
Fuente: http://www.eluniversal.com.mx/
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