Autor: Jaime Massardo
Le Monde Diplomatique (Chile)
A través de un conjunto
de manifestaciones masivas y pacíficas el movimiento estudiantil,
encabezado por la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), ha
expresado su rechazo al proyecto de reforma educacional propuesto por el
actual gobierno, mostrando a la sociedad chilena que éste no satisface
las necesidades de educación científica, tecnológica, artística y
humanista de sus habitantes. Las marchas nacionales del 1, el 16, el 30
de junio y el 14 de julio generan un hecho político cuya particularidad
debe ser examinada en la consecución de las luchas sociales en nuestro
país, esto es, en el marco de la evolución política local de estos
últimos treinta y siete años:
Esta evolución nos muestra que, desde el último tramo dictatorial, las élites
entendieron que la intervención militar no podía asumir una forma
permanente. La disciplina de la fuerza de trabajo implantada durante los
años de la dictadura y el nuevo sistema de referencias articulado en
torno al mercado facilitaron entonces un proyecto político-cultural que
fue formando un sentido común que llevó a despolitizar la
sociedad chilena. Estimulado por la complicidad de los medios de
comunicación fueron desplegándose durante estas casi cuatro décadas las
características de este proyecto cuyos ejes se consideraron «naturales»:
la educación pagada, la salud privatizada, el individualismo extremo,
un nacionalismo vulgar, el repliegue del espacio público, la brutal
concentración de la propiedad y del ingreso, la acumulación de riquezas
en manos privadas, la permanente degradación de la situación de los
trabajadores, la desigualdad y la discriminación entre chilenos, la
banalidad de la clase política, la entrega de los recursos naturales al
capital y la consiguiente amenaza al equilibrio ecológico, pasaron a ser
componentes de este sentido común que tardó décadas en cuestionarse a
sí mismo, tan grande había sido la derrota del pueblo chileno en
septiembre de 1973.
Sin conexiones orgánicas con procesos
culturales afines, atomizada por el efecto coercitivo de los años de
represión, desmoralizada por la frustración de sus expectativas
democráticas, desde los años 1990 la gran mayoría de la población
chilena no parecía existir sino como consumidora y espectadora. El
debilitamiento de las formas orgánicas de la cultura política de los
trabajadores -sindicatos, agrupaciones populares, partidos…- contribuyó a
facilitar esta "autonegación" de las potencialidades de la praxis.
La
ausencia de referentes y de movimientos sociales estables y por lo
tanto de vasos comunicantes entre la actividad social y la creación
intelectual que conllevaba este gigantesco proceso de desagregación de
la vida social característico de los años del postpinochetismo fue generando, además, un conjunto de nuevos intelectuales que, aislados del mundo popular, se comenzaron a pensar a sí mismos como «productores de sentido». Fruto de esta trahison des clercs,
el rasgo determinante de este período refuerza precisamente esta
internalización creciente de los valores y de las pautas de
comportamiento de la élite por amplias capas de la población y de
los propios trabajadores. El ejercicio de la política en estas
condiciones, donde al control del aparato institucional del Estado por
parte de la élite se suma al de los centros de irradiación de la
cultura, en particular de los medios de comunicación, se transforma en
la práctica de una libertad inofensiva.
La movilización estudiantil que surge en estos meses representa el quiebre de estas tendencias y en eso consiste su particularidad.
La
nueva generación que protagoniza el movimiento no vivió el miedo a la
dictadura y a través de su creatividad, su disposición a la
horizontalidad y su transparencia representa una nueva forma de práctica
política en un contexto que, sin la camisa de fuerza y el
empantanamiento político propios de los gobiernos de los partidos del
pospinochetismo, ha dado forma a una nueva subjetividad, mostrando la necesidad de un nuevo Chile, de una Segunda República donde todos podamos vivir en mejores condiciones, forjando un futuro construido por todos.
Esta
nueva generación mostró que la lucha política por cambiar el sistema es
posible y necesaria, constituyendo un punto de articulación de un
movimiento de dimensión nacional capaz de galvanizar las
diferentes expresiones sociales y políticas que tengan por objetivo
común una nueva sociedad. Así, junto a la lucha ecológica y otras
reivindicaciones no menores (v. gr. renacionalizar el cobre,
defensa de las fuentes de trabajo en los puertos), ha tenido la virtud
de arrojar una nueva luz sobre las condiciones en las que se viene
desarrollando nuestra vida social en Chile, mostrando que la
recuperación de la plusvalía de los negocios privados por vías
democráticas para utilizarla socialmente en provecho de las grandes
mayorías nacionales es posible y necesaria. Chile es un país rico cuya
riqueza se distribuye con extrema desigualdad. 1
El
movimiento estudiantil ha devuelto la alegría a la calle y al pueblo
chileno, recordándonos que la lucha social es y será siempre una fiesta.
Con ello, por primera vez en estos treinta y siete años el sentido común «naturalizado» por el mercado se pone en cuestión…
La encrucijada actual
Planteada
la movilización estudiantil en su verdadera dimensión en relación con
las luchas sociales de la historia reciente, el análisis debe dar cuenta
entonces de su estado actual, prefigurando los escenarios que se
desprenden de la actual correlación de fuerzas. Desde un lado, la élite
en el poder, con la sibilina intención de colocar una cuña entre el
movimiento estudiantil, el estamento docente y la direcciones de la
universidades, elabora la propuesta de un Gran Acuerdo Nacional por la
Educación (Gane), dirigiéndola en filigrana a los rectores agrupados en
el Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (Cruch). 2 Al mismo tiempo recurre a la fuerza
, como demostró el reciente 14 de julio, y cambia al Ministro de
Educación para salvarlo de las acusaciones de la Contraloría de la
República que mostraba que se había lucrado con su participación como
directivo de la Universidad del Desarrollo. 3 Desde otro
lado, la Confech, que por más de 9 horas se reunió el sábado 16 en
Concepción, responde condenando con firmeza la represión y rechazando al
Gane, poniendo en evidencia que no representa ningún cambio fundamental
en la educación nacional. «El gobierno -señala- debe responder en torno
a las demandas transversales de los actores de la educación», ya que
las propuestas enunciadas por Piñera «no han hecho eco en la
ciudadanía»... 4
Puestas así las cosas, la victoria
del movimiento estudiantil y de las fuerzas sociales que se le vienen
sumando, victoria que conjuntamente con cambiar los fundamentos
mercantiles de la educación debe concebirse como una refundación estructural de la institucionalidad política de Chile , juega su destino inmediato en una apretada dialéctica. Como conditio sine qua non
debe mantener la movilización, continuar acumulando fuerzas y
arrinconando al gobierno. Pero al mismo tiempo le resulta imprescindible
darse un respiro que permita evitar el desgaste y el fantasma de una
salida al conflicto que se pacte sin su legítima presencia en tanto que
actores centrales del movimiento. Superar esta encrucijada significa
construir una táctica inédita que lleve al movimiento estudiantil a
combinar la movilización con determinados grados de actividad académica
que le permita, por ejemplo, conducir a la conclusión el semestre
actual, evitar el aislamiento de el núcleo más activo con respecto al
estudiantado menos dinámico y, combinando la lucha y el estudio, mantener la iniciativa. De la correcta resolución de este impasse dependerán los pasos siguientes de la movilización estudiantil…
Notas:
1 Audio Sergio Grez en Foro «Educación y nueva Constitución: el horizonte político de los movimientos sociales», 6 de julio del 2011
2 Cfr., La Segunda on line, 6 de julio del 2011.
3 Cfr., El Mercurio on line, 19 de julio del 2011.
4 Radio uchile.cl. 18 de julio del 2011.
Fuente: www.lemondediplomatique.cl
La Sabiduría Popular from Roanbaro on Vimeo.
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