En explosivas declaraciones, Richard Clarke, ex asesor de la Casa Blanca
en materia de terrorismo, revela que la CIA sabía perfectamente de las
actividades de los dos terroristas que realizaron los ataques del 11 de
septiembre, quienes ingresaron a Estados Unidos un año nueve meses antes
del atentado.
A casi 10 años del ataques de las Torres
Gemelas queda cada vez más claro que la versión oficial del atentado es
un enorme montaje, con numerosas inconsistencias que revelan que
autoridades dentro del gobierno de Estados Unidos encubrieron lo
sucedido ese mítico 11 de septiembre.
Una de las personas que mayor
información tiene al respecto es Richard Clarke, miembro del Consejo
Nacional de Seguridad, ex zar contra el terrorismo y asesor del
presidente en esa materia. Clarke sirvió bajo los gobiernos de Reagan,
George H. W. Bush Sr., Clinton y Bush Jr y dejó la administración de
este último en 2003.
En un documental que será estrenado el
11 de septiembre, al cual ha tenido acceso The Daily Beast-Newsweek,
Clarke acusa a la CIA y a su entonces director y amigo, George Tenet,
de encubrir a los terroristas que secuestraron los aviones con los que
se perpetró el atentado.
Anteriormente ya se había dado a conocer por parte de Newsweek,
citando fuentes al interior de las agencias de inteligencia, que la CIA
sabía que dos terroristas de Al-Qaeda, Nawaf al-Hazmi y Khalid
al-Mihdhar, habían entrado a Estados Unidos días después de asistir a
una cumbre de Al-Qaeda en Malasia. La CIA negligentemente —un eufemismo
para decir conspiratoriamente— no comunicó esta información al FBI ni
otras dependencias del gobierno de Estados Unidos.
Clarke señala que esto sucedió debido a
que la CIA había estado intentando reclutar a estos terroristas que
vivían en California usando sus propios nombres.
“He pensado mucho sobre esto y creo que
fue una decisión de alto nivel dentro de la CIA, ordenando que no se
compartiera esa información. Creo que tuvo que haberse hecho por el
director”, dice Clarke en el documental y agrega que Tenet no lo
admitiría “aunque se le torturara”.
La CIA ha emitido una declaración al respecto: “Richard Clarke fue un
apto funcionario público que sirvió a su país por muchos años, pero sus
últimos comentarios sobre lo que siguió al 9/11 están profundamente
equivocados”.
Richard Clarke dijo que de haber tenido
esa información se hubiera podido fácilmente aprehender a los
terroristas. “No hay duda en mi mente, aunque quedara una semana.
Estaban usando tarjetas de crédito con sus propios nombres. Se estaban
quedando en el Charles Hotel en Harvard Square, ¡porDdios!. Esos tipos
hubieran sido arrestados en 24 horas”.
En una ocasión anterior Clarke reveló
que un día después de los ataques del 9-11 el presidente Bush
insistentemente le pidió que encontrara evidencia que vinculara a Saddam
Hussein con el atentado.
El 6 de agosto del 2001 Clarke había
dado a conocer información de inteligencia sobre la amenaza de Al-Qaeda
al presidente Bush, pero este le dijo que no quería seguir siendo
informado sobre el tema. Jamie Gorelick, el único miembro de la Comisión
Warren del 9-11 que leyó el brief diario del presidente, dijo
que los documentos “hubieran incendiado tu cabello” y que las
advertencias de la inteligencia ameritaban un nivel máximo de alarma
meses antes del 9-11.
Las declaraciones de Clarke implican que
la CIA no reveló la información que tenía sobre los terroristas que
luego perpetraron los ataques del 9-11 porque estos terroristas eran sus agentes o
estaban siendo usados de alguna manera para que realizaran los ataques.
De otra manera no se explica por qué se les permitió estar en Estados
Unidos 1 año y 9 meses sin ser detenidos o sin que se monitorearan sus
planes. Se puede hablar de la más grande negligencia de la historia,
pero viniendo de una agencia como la CIA eso sería simplemente ingenuo.
Fuente: The Daily Beast
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