Pero fue desbordado por las invasiones de grupos de campesinos adeptos al gobierno a propiedades de ricos productores en el este, la región agrícola más rica del país en la frontera con Brasil y Argentina donde prosperan miles de colonos "brasiguayos".
Hacendados y políticos de oposición denunciaron esos procedimientos violentos, rayanos en la ilegalidad.
Los dirigentes de los campesinos sin tierras de la Liga Nacional de Carperos, que invaden propiedades y se instalan en carpas de plástico, fueron recibidos por su parte en varias oportunidades por el presidente Lugo en el Palacio de Gobierno y en la residencia presidencial.
El viernes 15 de junio pasado, un grupo de 6 policías desarmados que fueron a parlamentar antes de un desalojo de una finca con los ocupantes carperos en Curuguaty, 250 km al noreste de Asunción, fueron muertos en forma sumaria, presumiblemente por francotiradores que estaban del lado de los campesinos.
La reacción de la retaguardia policial provocó la muerte de 11 campesinos y la consiguiente crisis política y el pedido de juicio político del presidente.
Nacido el 30 mayo de 1951 en una familia humilde en la pequeña localidad de San Solano, 400 km al sureste de Asunción, el menor de siete hermanos (cinco varones y una mujer), Lugo ingresó al noviciado de los misioneros del Verbo Divino en 1970, y fue ordenado sacerdote en 1977, hasta llegar a obispo.
En el 2004, a la edad de 50 años fue imprevistamente jubilado y ejercía como obispo emérito, sin cargo, presumiblemente por sus problemas de alcoba.
Sobrino de un dirigente del partido Colorado que fue perseguido y exiliado por el dictador Stroessner, Lugo incursionó recién en política el 29 de marzo de 2006, cuando logró reunir a 40.000 personas de todas las tendencias para protestar contra el entonces gobierno de Nicanor Duarte (2003/2008).
Aquel mitin en la plaza del Congreso paraguayo fue el trampolín que lo impulsó a colgar la sotana y se convirtió en el eje de una "concertación nacional" con el objetivo de terminar con el monopolio del poder por los colorados.
Su incursión en política le valió la suspensión "a divinis" del Vaticano.
Los invito a que se tomen el trabajo de mirar este video informe que les permitirá discernir como esta masacre fue el perfecto cumplimiento de lineamientos masónicos que permitieron desencadenar los acontecimientos en los hechos hoy vividos en Paraguay.
Frente a estos hechos de la realidad paraguaya hoy, suenan en mis oídos las conmovedoras afirmaciones del Eterno con las que se inicia toda la historia del pueblo de Dios:
"He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído el clamor que le arrancan sus opresores y he conocido sus angustias. Voy a bajar a liberarlos del poder de los egipcios"
(Éxodo 3: 7-8)
Este "he visto" habla de los "Ojos dolidos" de Yahvéh ante la aparatosa riqueza que por siglos se ha acumulado en las manos de unos pocos. Riqueza que es una apariencia que ha producido una fascinación ciega.
Hoy el Eterno está buscando varones y mujeres que tengan su manera de mirar. El Reino de los Cielos necesita que los ojos se queden "dolidos" por otro nivel de visión. Y por ello, las circunstancias actuales movilizarán a que hijos escogidos despierten y sientan el corazón de Yahvéh latiendo en el dolor de los que sufren esta inequidad satánica. Hijos que saldrán de las mansiones religiosas que los han adormecidos con su sopor de prostíbulo.
El poder faraónico será visitado por la Justicia celestial que ha empezado a descender sobre ese territorio para sacar de la cautividad a los millones que allí claman con hambre y sed de justicia.
¡Paraguay levántate! ¡Tu tiempo de verdadera liberación comenzó a manifestarse!
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