1. ALIMENTACIÓN: sin duda este es uno de los factores más relevantes pues el alimento puede obstruir o dejar que fluyan las funciones más sutiles del cerebro. Lo mejor sin duda son los alimentos frescos y crudos, las proteínas vegetales, el ginseng, los tes de hierbas y las leches de cereales como la leche de avena, de sésamo, de almendras, de nuez, etcétera. Las nueces son un alimento extraordinario para el cerebro, así como el polen, la soya, las verduras verde oscuro y los alimentos ricos en vitamina C. La azúcar refinada es un alimento nocivo para la salud, ya que afecta directamente al sistema nervioso. Muchas de las enfermedades mentales, así como las crisis de ansiedad, depresión, desesperación, ira y nerviosismo, son causadas por la azúcar blanca. Lo mejor es sustituirla por melazas de cereales, miel de abeja y endulzar lo menos posible. Elimina de tu dieta los alimentos que no sean de calidad, como panes refinados, frituras, carnes rojas y refrescos o dulces. Cuando tu organismo tiene muchas toxinas el cuerpo es incapaz de crear células sanas, la fuerza nerviosa se debilita y te sientes pesado, cansado, te da insomnio y te vuelves iracundo y depresivo.
2. EJERCICIO: el cerebro realmente disfruta de las actividades deportivas y el movimiento: bailar, andar en bici, caminar, correr, etcétera, son estupendas formas de relajar las funciones nerviosas, eliminar ansiedad y estrés y, además, oxigenar y activar las funciones cerebrales positivamente.
3. AMBIENTE: una de las curas para los problemas nerviosos es la belleza, junto con el orden y la limpieza, porque generan un efecto realmente reparador y exquisito para el cerebro; la belleza es el jugo con que se nutre el cerebro, así que debes procurar tener el espacio donde vives o trabajas adornado con cosas que disfrutes y te gusten: pon jarrones con flores frescas, cuadros que te produzcan placer, imágenes de lugares que disfrutes como el campo o el mar. Procura que haya olores agradables, como de pino, rosa, jazmín, lavanda y cítricos, y sobre todo, procura que esté limpio y ordenado.
4. MEDITACIÓN ACTIVA: el sistema nervioso se nutre y retroalimenta con imágenes, es por eso que, además de buscar momentos donde puedas relajarte profundamente, es necesario que observes lo que piensas durante el día, pues tus pensamientos afectan directamente tus estados de ánimo. Ver lo que dices y piensas durante el día es otra forma de meditación activa, procura hablarte con paciencia y amor, y pon en tu cabeza imágenes que te den alegría y placer y no que te depriman. Debes evitar personas pesimistas o chismosas, rodéate de lo que te gustaría que crezca en tu vida, piensa cosas que te promuevan energía y alegría. No dejes pasar el día sin haber estado en comunión con el Eterno a través de la meditación en su Palabra y la comunicación por medio de la oración.
5. DESCANSO: dormir es el momento en que todo el cuerpo se repara y reorganiza. Si no duermes lo suficiente, es imposible que tus emociones estén en armonía, tu sistema nervioso estará cansado e irritable, y estarás más susceptible a deprimirte, enfadarte y desesperarte. Una persona debe dormir entre 6 a 8 horas diarias como mínimo para que su cerebro esté en las mejores condiciones de funcionar durante el día. Evita dormirte después de ver la televisión, las noticias o después de una fuerte discusión. Lo mejor es siempre nutrir tu cerebro con cosas que te gusten, que te relajen y traigan paz, de manera que esta información sea la que te retroalimente mientras duermes.
1 comentarios:
Cinco maneras que evidentemente traen una perfecta reconciliación entre el espíritu con sus dos herramientas: el alma y el cuerpo. Gracias por la info. Bendecido!
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