Por Paul Bignell y
Maggie Pagano *
Maggie Pagano *
Una de las escritoras de novelas policiales más famosas de Noruega, Anne
Holt, cargó ayer contra los servicios de inteligencia del país nórdico.
“No creo ser la única que se pregunta cómo pudo pasarle inadvertido este individuo (Anders Breivik, foto) a los servicios de
inteligencia”, lanzó la escritora. “Publicó muchísimos posts en un sitio
de extrema derecha. Este tipo debería haber sido aprehendido de una
forma u otra por los servicios. Me daría vergüenza si fuera el
responsable de los servicios, por el hecho de haber puesto el foco en
las amenazas islamistas”, fustigó Holt.
La escritora, de 52 años, fue periodista y ex ministra de Justicia
del gobierno, antes de meterse de lleno en las novelas policiales. Holt
sostiene que se le prestó demasiada atención a la amenaza islámica
exterior y se subestimó el extremismo doméstico.
“Puedo entender que alrededor del mundo la gente crea que si esto
ocurrió en Noruega puede pasar en cualquier lado. Pero, por otro lado,
los ataques terroristas en suelo noruego son mucho más fáciles que
sucedan. Ya que el país es un objetivo más accesible que cualquier otro
país. Hay un bajo nivel de seguridad. Nuestra policía no va armada. Aún
tenemos este grado de inocencia. Hasta ayer, nos podíamos topar con
nuestro primer ministro en un shopping o con parlamentarios en un cine”,
dice la escritora. “Nos enorgullecemos de ese bajo nivel de seguridad.
Eso es una cualidad genuina de nuestra sociedad y queremos que siga de
ese modo. Es increíble, aun para una novelista policial, que una sola
persona pueda haber hecho todo esto.” Otro escritor famoso de Noruega,
Jo Nesbo, quien vendió más de un millón de novelas en su país, dijo que
era demasiado temprano para sacar conclusiones acerca del estado de la
sociedad noruega, basado en la acción de una sola persona.
Periodistas testigos de la explosión que destruyó la sede
gubernamental en Oslo el viernes hablaron sobre lo ocurrido ayer.
“Estábamos sentados en el café a unas cuadras del lugar, y sentimos como
que el edificio se nos venía encima”, dijo la periodista Ignunn
Andersen.
Una fotógrafa freelance de Oslo estaba a 3 kilómetros de distancia.
“El edificio tembló y se oyó una gran explosión, pensamos que fue un
trueno y, momentos después, comenzamos a recibir mensajes informándonos
sobre lo sucedido”, dijo la reportera. Un ex primer ministro, Gro
Brundtland, se encontraba en el mitin de la isla, hablándole a la
juventud presente. Stoltenberg debía ir hoy. Todo fue cerrado,
aeropuertos, estaciones de tren y todos los autos son detenidos y
revisados por la policía.
¿Quién hubiera dicho que la pequeña y segura Oslo vería tanto terror y tan de repente?
Fuente: Página 12
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