martes, 2 de agosto de 2011

El pesimismo de las familias afecta al consumo en EE.UU.

La reducción del consumo en EE.UU. en junio confirma el mal momento económico por el que pasan los hogares, que se sienten cada vez más dejados de lado a cuenta del crecimiento económico. Según cifras publicadas este martes, durante junio los hogares consumieron un 0,2% menos que en mayo.

El consumo había resistido bien el alza de precios a comienzo de año (+0,5% en ritmo anual en el primer trimestre), en parte gracias al mantenimiento de las reducciones de impuestos a los ingresos acordadas en 2001 y 2003.
Pero inmediatamente después se estancó (+0,1% en ritmo anual), como había mostrado la primera estimación del crecimiento publicado por el Gobierno el viernes.
"Ahora los gastos son acotados por la suba de los préstamos, así como por el crecimiento moderado de los ingresos", comentó Ian Shepherdson, de High Frequency Economics.
En junio, los ingresos (expresados en dólares) aumentaron un 0,1%, su alza más débil desde el comienzo del año.
Los hogares son cada vez más las víctimas de la moderación salarial y la prudencia en las contrataciones que impulsan la ganancia de las empresas estadounidenses desde que la economía volvió al crecimiento hace dos años.
"Las empresas consiguen el sólido crecimiento de sus beneficios con los aumentos de productividad, de alzas limitadas de salarios y de sus actividades en el extranjero. Aunque eso puede ser bueno a nivel de cada empresa, cuando la mayoría de ellas lo hacen, la progresión de los ingresos se hace tan limitada que los gastos y en definitiva el crecimiento se evaporan", advirtió Joel Naroff, de Naroff Economic Advisors.
Según cálculos del Fondo Monetario Internacional (FMI), entre las 10 recuperaciones económicas de la posguerra en Estados Unidos, la de 2009-2011 está entre las dos más débiles en términos de empleo y consumo, pero entre las dos más fuertes en términos de órdenes de compra a la industria y de beneficios para las instituciones financieras.
Los estadounidenses no tienen la sensación de gozar de la prosperidad de las principales empresas del país.
Según un índice que establece la universidad de Michigan desde 1966, su optimismo está en el punto más bajo desde marzo de 2009, cuando Estados Unidos aún estaba en recesión.
Tras la última edición de un sondeo cotidiano del instituto Gallup, realizado entre miércoles y viernes ante unas 1.500 personas, 54% de los estadounidenses estima que la coyuntura económica es mala y solo 10% que es buena.
"La confianza aquí fue realmente muy afectada por el espectáculo dado en Washington, con una cantidad imporrtante de legisladores amenazando con provocar un cese de pagos" por parte del Gobierno, se quejó el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, el martes por el canal ABC.
"A medida que tengamos crecimiento, veremos más crecimiento del empleo", aseguró.
Pero para John Lonski, de Moody's Analytics, actualmente esta perspectiva está muy comprometida.
"Tras haber sobreestimado groseramente las ventajas económicas que se suponía iba a traer el ciclo de reactivación monetaria (de noviembre de 2010 a junio de 2011) y de las reducciones de impuestos, el tan anunciado rejuvenecimiento de la actividad económica en el segundo semestre hasta ahora ha sido ilusorio", afirmó.
Según sus cálculos, la forma en la que el rendimiento de las obligaciones 'high yield' (de alto rendimiento, más arriesgadas) evolucionó recientemente, muestra que los inversores coinciden en que hay una probabilidad de 25 a 50% de que ocurra una nueva recesión.

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