Es un hecho bien sabido que los países latinoamericanos, llenos de trabajadores y
riquezas en recurso naturales, con largas tradiciones de lucha en su historia, están en estos días tan oprimidos como los ancestros que los precedieron y
lucharon por tiempos nuevos.
Ante este planteo profético resulta muy importante detenernos a considerar las pautas reveladas en las palabras de Ayn Rand (1950):
"Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrá, afirmar sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada."
Ante esta cita, toda mente despierta ve en las pautas aquí transcritas una perfecta descripción del espíritu que ha sometido a las naciones latinoamericanas, entre ellas México.
México ha sido una nación que lleva años soportando la fuerza del autoritarismo sobre sus lomos en cada gobierno sufrido desde su Independencia.
No ha existido jamás una política destinada a enfrentar el problema histórico ancestral de México. Ese problema es la desigualdad. Las propuestas independentistas de su historia era lograr a futuro "la disminución del enorme golfo que separa a los pocos con mucho y a los muchos sin nada.
Hay un doble país en un mismo territorio: un país pobre coexistiendo junto a un país rico.
Desde hace tres décadas México viene soportando cambios en sus estructuras. Estos solamente han contribuido a debilitar su derecho como nación a la vivencia de una verdadera democracia política. Los cambios que se hicieron debilitaron a la nación al punto de aumentar el poder en las manos de intereses anti-estatales. El desarrollo político no ha existido en función de aquello que sus héroes señalaron como metas de sus sueños y derechos, sino por el contrario, la política solamente ha servido para aumentar el abismo entre ricos y pobres. Así la vocación y el proyecto de nación, por la que la independencia fue propuesta, no se ha podido llevar aún a cabo.
La economía de los últimos 30 años se movió en el dinamismo del mercado del imperio ubicado al norte. Un neoliberalismo reptiliano que ha dejado al país sin bienes estatales. Su economía, bajo el modelo neo-liberal, condujo al mercado de México al sometimiento bajo alianzas con fuerzas masónicas estadounidenses que guiaron a la nación a vivir resultado de crecimiento por debajo del 1%. Los bienes del estado fueron saqueados por quienes nada producen, salvo un tráfico de favores, que permiten que ellos, los menos que tienen mucho, logren permanecer en la punta de la Gran Pirámide. No queda reserva para los mexicanos. Todo la nación ha sido saqueada.
México ya no tiene nada vital para el dragón vecino del norte. Lo único que ese principado quiere junto a sus siervos, es el control de la frontera y desde ella la proyección hacia las demás naciones latinoamericanas.
La acumulación desmedida de riquezas ya no se puede controlar, lo que ha llevado a la pérdida de sentido de la política nacional.
Debo añadir a todo esto que la brecha se está ampliando cada día entre ricos y pobres, lo cual paraliza a todo progreso social, en parte debido a que la indiferencia silencia los gritos de la misma.
La élite del poder está llena de inmoralidad y sin embargo es la que tiene los hilos institucionales.
La ausencia de un proyecto surgido de la ineficiencia institucional a guiado a este país a la peor guerra: la interna, representado en la profecía por el caballo bermejo de Apocalipsis 6. Mexicanos contra mexicanos protagonizando la ridícula Guerra al narco. Esta guerra lleva día a día a costos crecientes y rendimientos decrecientes. La guerra contra el narco ha contabilizado más de 37.000 muertos en cinco años. La conclusión es que la vida se ha convertido en algo banal en México. El cálculo del valor de la droga que pasa y se produce en México, ronda entre lo 35 y 40 mil millones de dólares. La ganancia de este comercio equivale al 80 % del precio. Un monto aproximado a los 28 mil millones de dólares queda metido como ingresos nacionales. Este es un dinero que entra a la economía mexicana y es un ingreso tres veces mayor al que da el comercio legal desde las exportaciones mexicanas.
Desde estos datos notarán que el problema se ha agravado a causa de abandono por parte del gobierno actual, de la lucha contra la corrupción. La corrupción se ha convertido en un cáncer que está carcomiendo día a día a este precioso país. México no podrá detener el tráfico de drogas sin erradicar la corrupción antes, a la par que educar a las masas con una cultura de lucha contra la corrupción. Si la corrupción sigue existiendo en este momento en el país es principalmente debido a las condiciones de vida tan malas para muchas personas. Pero crean a este profeta, estas mismas personas no se sienten orgullosas ni dichosas por vivir así... Mientras compartí meses con ellos descubrí que la población no está totalmente inerte, está aturdida. Entendí en el discernimiento de los tiempos que los políticos mexicanos son los principales responsables de este estado, ya que tienen comportamientos que polarizan y dividen a la gente socialmente. Están desesperados por conseguir su cuota de poder. El fraude electoral noto que es el estilo imperante. Hacer una campaña en la que reinen la manipulación ideológica y las maniobras políticas más bajas son los anti-valores aceptados para llegar al poder. Y es justamente todo esto lo que ha afectado considerablemente a toda la sociedad mexicana.
He visto y notado que en los hogares, lejos de las cámaras y los reporteros internacionales, se lucha por mantenerse a la vanguardia de los valores universales, tales como la lucha por la dignidad humana y el respeto de la vida.
La crisis moral está llevando día a día a la nación a un ambiente entre trágico y ridículo. Las clases dominantes empujan a los que menos tienen al precipicio, pero quizá parte de las mismas sean arrastradas al mismo...
De continuar las cosas como están hoy, el vaticinio que surge como oráculo de un buen criterio es: la mediocridad como futuro. Los mexicanos están tan desilusionados de su presente que no logran tener una idea clara del porvenir. Pero los mexicanos deben despertar al entendimiento de que el futuro se define desde el presente.
No, los mexicanos no están completamente inertes, están solamente anestesiados por el veneno de la Serpiente Antigua. Las elecciones de este 2012 deben servir como punto de partida, dejando dos opciones para esa bendita nación: o se despiertan o se quedan bloqueados por completo.
Para ampliar la conciencia histórico - profética de lo aquí pautado los invito a ver el siguiente video ("De la barbarie a la esperanza") con un discernimiento espiritual bien activado en sus conciencias:
0 comentarios:
Publicar un comentario