La negación es el mal generalizado del momento y a veces la excusa perfecta, consciente o inconsciente, para no tomar decisiones. La mayor parte de la gente que la padece no la reconoce, pues lo peor de la negación es que la persona de veras se cree lo que dice, aunque tú sepas que es falso.
El esposo le es infiel y es tan obvio que no lo ve. El esposo es un abusador, pero no lo puede reconocer. La relación de pareja terminó y cree que la pelea es transitoria. En el empleo le dan indicios de que lo van a despedir y no lo oye. Se quedó sin empleo y no se mueve a buscar otro. No tiene dinero para cubrir sus gastos y sigue haciendo planes de compras. Hay enfermedad grave en su familia y actúa como si no entendiera. Le dijeron que padece una enfermedad e insiste en no afrontarla. Sus padres se deterioraron “de momento” y necesitan ayuda, y prefiere justificarlo. Perdió a alguien cercano o se le murió, y no lo admite (de hecho, la negación es una de las 5 etapas del duelo y es una etapa en el manejo de las enfermedades terminales). Su familia o su relación de pareja no funcionan, y no tiene la menor idea de lo que pasa.
La verdad es tan real que ni la ve ni la puede aceptar. Eso se llama negación o como lo dicen en buen inglés, “denial”.
En su manifestación más extrema les ocurre a los alcohólicos, adictos y personas con desajustes mentales. Otros utilizan el mecanismo de manera neurótica para que les sirva de excusa y no asumir su responsabilidad ante las situaciones. Pero millones de personas con una salud mental razonable recurrimos a corto plazo a este mecanismo de defensa, cuando es muy difícil asimilar un evento.
La negación te ayuda a absorber emocional y mentalmente una situación, mientras te preparas a enfrentarla. Un estado largo de negación te impide tomar acción ante el problema, y termina perjudicándote a ti y a los que te rodean.
Hay situaciones, como por ejemplo el maltrato conyugal, que se prolongan indefinidamente debido a la negación. En esos casos vencer la negación para iniciar cambios importantes puede ser más difícil y complicado, y requerir ayuda profesional. Las circunstancias no van a cambiar porque insistas en negarlas; por eso debes superar la negación.
Si te sientes atrapado por una situación y no actúas para resolverla, o alguien te comenta que estás en negación, te sugiero lo siguiente:
1. Dependiendo de la urgencia que requiera tu acción, toma unos momentos o un tiempo razonable para asimilar el evento y pensar en la situación.
2. Expresa tus emociones.
3. Piensa las consecuencias negativas de las circunstancias.
4. Considera las posibles acciones a tomar, sus consecuencias y cómo enfrentarlas.
5. Examina tus miedos y las creencias irracionales en cuanto al evento. En la desesperación, tal vez pienses en posibilidades que nunca ocurrirían, pero si no las descartas, pueden interferir en tus decisiones.
6. Conversa con alguien de tu entera confianza y que te demuestre solidaridad.
7. Reúne un grupo de familiares y amigos para que te apoyen, o únete a un grupo de apoyo de acuerdo con tu situación específica.
8. Si antes de tomar acción tienes que consultar algún recurso médico, legal o de salud mental, búscalo. Por supuesto, si te niegas a creer que estás en negación (valga la redundancia), busca ayuda de un profesional de la conducta.
Fuente: Huffingtonpost
0 comentarios:
Publicar un comentario