martes, 15 de mayo de 2012

Francia cambio de marea pero no de mar. Hollande es un obsecuente más del Club del Dragón...


Desde Francia, meca de la masonería y sus intrincados métodos de dominio de masas, el dragón una vez más se ha manifestado con su astucia y ha logrado engañar a la humanidad nuevamente. La serpiente antigua ha infectado a la opinión pública mundial afectándola, a través de los medios de comunicación, con la noción de que la asunción del presidente  francés, François Hollande, al ser socialista, representa un cambio prometedor para los franceses y desde ellos para Europa toda. Además, el enemigo de nuestras almas, ha creado la falsa expectativa de que las propuestas de gobierno de François Hollande son un desafío directo a la Unión Europea y sus lineamientos político-económicos elitistas y perfectibilistas (illuminatis).

Se ha desatado cierta euforia sobre  el porvenir de Europa al pensarse que el nuevo presidente francés tienen programadas iniciativas que le darán un nuevo impulso al maltrecho proyecto de la unidad europea y aportarán una mejora radical en la desoladora situación económica que viven algunos países, con Grecia condenada ya a la catástrofe y otros haciendo cola para arrojarse por el precipicio.



Hollande, de 57 años, fue elegido para un período de cinco años. Muchas son las promesas por las que se lo votó y asignó la tarea de gobernar los designios de la nación francesa.

Un análisis cuando Hollande ganó las elecciones.


Sin embargo, el pasado de Hollande y, particularmente, el de la gente que lo rodea, confirma que estamos ante otro “títere” más del poder financiero y un entusiasta partidario de la dictatorial línea que persigue imponer un Nuevo Orden Mundial a la humanidad.

En 1992, François Hollande apoyó el Tratado de Maastricht (o Tratado de la Unión Europea) documento que bosquejó la introducción de la moneda del euro y que se basó íntegramente en las minutas del Club Bilderberg de 1955.


Hollande también apoyó la Constitución Europea en un referéndum de 2005, a pesar de que la mayoría de sus aliados socialistas votaron en contra. 


Hollande es un antiguo vocero del ex presidente francés Lionel Jospin, otro “socialista” globalista comprometido, que asistió a la reunión del Grupo Bilderberg de 1996 a fin de recibir el instructivo a seguir durante su función (1997-2002).



François Hollande fue también ayudante del último presidente socialista de Francia, Francois Mitterand, francmasón que solicitó la construcción de la pirámide de Louvre, hecha de 666 paneles de vidrio. Mitterand, junto al canciller alemán y asistente de Bohemian Grove, Helmut Kohl, fue el padre del Tratado de Maastricht. Según el periodista investigador Daniel Estulin, el Club Bilderberg fue ampliamente responsable de la victoria presidencial de Mitterand en 1981.

Como ejemplo de los que rodean al nuevo presidente de Francia se destaca Manuel Valls, el asesor de Hollande, quien tiene algunos especiales detalles de su vida para destacar. En el  2008 asistió a los encuentros del Club Bilderberg. Además es bien conocida su posición de apoyo al establecimiento de un súper Estado Federal Europeo, a expensas de la soberanía nacional. Valls ha pedido públicamente a la Comisión Europea que controle los presupuestos nacionales de los países miembros de la Unión Europea.


Un amigo poderosos de Hollande es Jean-Pierre Jouyet, presidente de la Autoridad de Mercados Financieros (nombrado por Nicolas Sarkozy). Este personaje de derecha le gusta hacerse llamar “gaulliste de izquierda”. Ha presentado a Sarkozy como un “republicano y demócrata”. Este “gaullista” y amigo de Hollande es casado con Brigitte Taittinger, heredera de la gran familia propietaria del champagne del mismo nombre. 


Entre los amigos de alta finanza de Holanda hay que nombrar a Emmanuel Macron, banquero de la banca privada Rothschild


Otro de los banqueros que ha sostenido la campaña electoral de Hollande es Henri de Castries. Este es presidente del Grupo AXA, una transnacional de seguros y de capitales. Tienes 95 millones de clientes y funciona en 61 países. Este banquero se hace llamar también “gaulliste social”. 


El gigante Grupo Carrefour, a través de su administradora Anne-Claire Taittinger, es otro de los grandes capitalistas que sostienen a Hollande. 


En el lado de la prensa, el nuevo presidente francés ha sido sostenido por el diario el Mundo (Le Monde) que esta controlado por tres millonarios y hombres de negocios: Pierre Bergé, Xavier Niel y Matthieu Pigasse, este último es director general del banco Lazar en Europa.


A esta altura es importante acotar que los partidos socialistas de Europa son actualmente organizaciones al servicio de las transnacionales y del gran capital internacional. Los socialistas europeos son defensores de la propiedad privada y los monopolios. Son apologistas del sistema imperialista mundial y enemigos del progreso social, la justicia y el bienestar social. Los partidos socialistas, tanto en Francia, como en España, Portugal, Grecia y otros países están enganchados al Estado, son defensores del sistema, y en recompensa reciben financiamiento del dinero público sin el cual no podrían sobrevivir. Un  justo ejemplo de esto, solo para el 2009, el Partido Socialista Frances recibió del Estado cerca de 23 millones de euros a titulo de subvención directa (fuente: Observatotoire des subventions). Aparte de esta subvención, el Estado financia al PSF centenas de organizaciones sin fines de lucro que este partido utiliza para el proselitismo partidario.


En conclusión, el propósito del proceso electoral, por el cual Hollande está hoy en el gobierno, fue simplemente para reacomodar las clases políticas en el poder. La crisis obliga a cambiar las caras en el sistema administrativo del Estado. El gobierno ha sido removido, no para cambiar el carácter del Estado y menos la esencia del sistema político y económico francés. El cambio de gobierno responde a las necesidades actuales de la crisis de este país. La imagen de Sarkozy se había desgastado demasiado para seguir al frente del Estado. Vista la perspectiva de la crisis económica resulta conveniente para los grupos de poder, un presidente de “izquierda” que por un tiempo (extenso o corto eso dependerá de la crisis y la voluntad del  establishment) podrá seguir mintiendo y conteniendo las expectativas del pueblo francés.


"¡El cambio es ahora!", fue el grito de guerra que el hoy presidente de Francia usó en su campaña política. Y efectivamente el señor Hollande representa un cambio de marea en la gobernanza de la eurozona, como bien lo expresó un medio del reptil mayor. Atención cambio de marea no significa cambio de mar (y/o aguas). El mar sigue siendo el mismo: el hogar del Leviatán, la marea por lo tanto es "nueva" pero procede del mismo movimiento de aguas. Entonces, Francia y con ella Europa toda está asistiendo a un cambio de mano (o garras) del bastón de mando. ¡Pasó de la derecha a la izquierda, pero la bestia dueña de ambas patas sigue siendo la misma!


El establishment de Europa es el único que puede continuar tranquilo de que lo que ellos han trazado no puede ser destruido por hombre alguno. Sin embargo, en toda Europa se respira la atmósfera formada por los suspiros de resignación de cada europeo indignado que anhela un cambio urgente. Esa atmósfera no quedará sin respuesta. Existe en los aires de las regiones celestes un movimiento específico del Hijo de Dios que vino a deshacer las obras del diablo (1 Juan 3: 8). ¡Él se está moviendo soberanamente sobre estas aguas tal cómo lo hiciese al principio! (Génesis 1: 2)

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