miércoles, 10 de septiembre de 2014

El restaurante "más feliz del mundo" que sirve "desayunos, almuerzos y abrazos"


El sitio se llama: El Lugar de Tim”. Y se trata de un lugar muy especial. Tan especial como su dueño. Y es que es el único restaurante en el mundo cuyo dueño es un joven con Síndrome de Down. Su propietario se llama Tim Harris, un maravilloso muchacho que desborda de alegría ante el simple hecho de brindar el mejor servicio a su clientela.

Dicha felicidad es contagiosa ya que lo que él obtiene al servir a la gente buena comida se complementa con su sello más distintivo: ¡Abrazos! Desde ese momento los comensales sienten una plenitud que les transforma el resto de su jornada.

Todos los días, Tim se levanta a las 5:30 de la mañana y camina 7 manzanas para llegar a su local. “Me emociona mucho ir al trabajo así que bailo en el aparcamiento. Es un baile de magia”, cuenta emocionado.

El Lugar de Tim”es un sitio especial. El joven recibe personalmente a sus clientes, les pregunta por su vida, se ocupa del personal y las frases de ánimo y de felicitación a sus empleados son constantes.  Tanta es su preocupación por los abrazos que incluso ha instalado un contador oficial de abrazos que refleja el número de ellos que da cada día. “Mi mayor preocupación es la gente que entra por la puerta. A veces mis clientes están tristes, pero les doy un abrazo y se sienten mucho mejor. Los abrazos son mucho más potentes que la comida”, resume Tim.

Los invito a escuchar con su corazón este video. En el mismo verán un nuevo significado del término “especial”:

El restaurante está localizado en Albuquerque, Nuevo México, y está abierto 7 días a la semana. 

Este joven supo desde pequeño que quería tener un mesón. Gracias a la ayuda de sus padres, pudo cumplir su sueño. “Cuando tenía 14 años dijo que quería ser dueño de un restaurante. Con el paso del tiempo, empezamos a tomarle en serio”, afirma su padre. “Estoy orgulloso de mi hermano, las metas que ha conseguido en su vida… Quiero decir, hay gente que solo puede soñar con cosas como esta”, continúa su hermano.

Tim es feliz regentando su restaurante. Es el sueño de su vida. Y deja bien en claro su auto-conciencia de ser una herencia o regalo del Eterno Dios “No dejé que mi discapacidad acabara con mis sueños. Las personas con discapacidad pueden conseguir cualquier cosa que se propongan. Somos regalos para el mundo”, concluye sonriendo. 

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