lunes, 17 de diciembre de 2012

Pese a las matanzas, en los Estados Unidos crece la venta de armas de fuego.



Entre la congoja por otra matanza escolar y las protestas que siguen a cada uno de estos trágicos sucesos repetidos en Estados Unidos, las ventas de armas de fuego siguen encaminadas a cifras sin precedentes este año, según los datos disponibles.

Si bien no hay cifras globales oficiales sobre la venta anual de armas de fuego en EE.UU., es posible hacerse una idea de la tendencia.

La compra legal de armas (la realizada en armerías con licencia) requiere una verificación de los antecedentes penales del comprador, que la efectúa la Oficina Federal de Investigaciones (FBI).

Hasta finales de noviembre, el FBI había hecho 16.808.538 de esos trámites, lo cual ya sumaba 350.000 trámites más que en todo 2011. Diciembre es el mes de mayor venta de armas, por lo cual los expertos deducen que habrá casi 2 millones más de trámites de verificación en 2012, pese a las matanzas ocurridas.

Es la cifra más alta desde que la policía federal empezó a publicar el dato en 1998.

En EE.UU. hay más de 129.817 armerías con licencia federal para la venta de armas, de las cuales 51.438 son tiendas de armas, 7.356 son casas de empeño, y 61.562 son coleccionistas. El resto de las licencias pertenecen a fabricantes e importadores.

A esto debe añadírsele todo el comercio de armas no reglamentado, como las ferias de armas, donde las personas pueden comprar las armas directamente a otras personas, no en armerías. También es posible de vecino a vecino, de amigo a amigo.

Y a esto debe añadírsele el comercio ilegal de armas, el tráfico entre bandas de delincuentes, etc.

Según un informe de la Administración de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego, en 2010 (los datos más recientes) se fabricaron en el país 5.459.240 armas de fuego de las cuales el 95 % fueron para el mercado estadounidense.

Otras 3.252.404 armas de fuego fueron importadas en EE.UU., lo que hace casi 8,5 millones de nuevas armas de fuego en el mercado estadounidense ese año.

En el pasado "viernes negro", el 28 de noviembre, fecha que en EE.UU. marca el comienzo de la temporada de compras de fin de año, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) condujo 97.848 verificaciones de antecedentes, la tercera cifra más alta en un solo día.

La industria de las armas de fuego se mantuvo robusta durante la recesión de 2007 a 2009, la más profunda y prolongada en casi ocho décadas en EE.UU., y su empleo creció en más del 30 por ciento entre 2008 y 2011, según la Fundación Nacional de Tiro Deportivo (NSSF).

En 2011 la industria, siempre según la NSSF, tuvo un impacto de 31.800 millones de dólares en la economía de EE.UU., comparado con 27.800 millones de dólares en el año anterior. Esto incluye la creación de empleos, las ventas y los impuestos.

Hay más de 20.000 leyes en vigencia en EE.UU. sobre la compra, posesión, transporte y uso de armas de fuego, y el FBI calcula que hay más de 200 millones de armas en manos de la ciudadanía.

Si a ello se suman las armas de fuego que tienen los militares y las fuerzas policiales, es probable que el total supere los 300 millones de armas que van desde revólveres calibre .22, a pistolas semiautomáticas y rifles de asalto.

Las motivaciones para la adquisición de armas de fuego son muy variadas y, tras sucesos como el del viernes pasado en la escuela primaria Sandy Hooks, de Newtown (Connecticut), uno de los más comunes es la defensa personal.

Muchos ciudadanos llegan a la conclusión de que si hubiese alguien con un arma de fuego, e instruido en su uso, cuando comienza uno de estos ataques, el atacante no sería capaz de seguir disparando contra gente indefensa.

Pocas horas después de que murieran baleados 20 niños y seis adultos en la escuela de Connecticut, además del autor y su madre, la comentarista conservadora Ann Coulter afirmó en un twitter: "Más armas, menos matanzas".

Pero hay otros motivos: millones de personas en EE.UU. creen que se avecina un colapso económico y se arman para protegerse en medio del caos social; otros creen que la elección y reelección del primer presidente negro de EE.UU., Barack Obama, llevará a la confiscación de armas para implantar una dictadura.

Cada año unas 100.000 personas son heridas o muertas a balazos en EE.UU., según el Centro Brady para el Control de Armas, un grupo que recibe el nombre de Jim Brady, el secretario de prensa de la Casa Blanca herido de bala cuando un individuo intentó matar, en 1981, al presidente Ronald Reagan.

Desde 1968, cuando fueron asesinados el dirigente de los derechos civiles Martin Luther King, y el senador Robert Kennedy, más de un millón de personas han muerto en EE.UU. por heridas de bala.

Según el Centro Brady, entre los 23 países con más población e ingresos más altos del mundo, el 80 por ciento de las muertes causadas por armas de fuego ocurrió en Estados Unidos. 

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