martes, 1 de abril de 2014

Niña indígena denuncia con elocuencia la falta de amor en México


Ante tantas noticias que los medios difunden acerca de una violencia que en vez de ceder se aumenta y propaga desde un corazón humano a otro, surgen voces proféticas que el Espíritu mismo del Eterno usa para llamar a los hombres a la reflexión. 

Entre esas voces, el factor sorpresa no deja de jugar un rol interesante. Resulta que durante un discurso para un concurso de fotografía, una niña de origen Náhuatl reflexionó ante sus oyentes sobre el evidente vacío de valores sobre el amor en México. El video de dicho discurso se ha viralizado en redes sociales, en un contexto en que la violencia  ha alcanzado niveles escalofriantemente inusitados. 

Muchos mexicanos se preguntan hoy cuánto vale la vida en un país donde se mata por cantidades de dinero absurdas. Y de repente Natalia Lizeth López López, el nombre de la pequeña oradora, cree tener la respuesta (esa que todos los adultos intuyen pero pocos reconocen), por falta de amor.

Al inicio de su emotiva ponencia, esta niña de diez años afirma su orgullo por sus raíces indígenas. Dice que ve las noticias sobre los niveles de violencia y corrupción, y concluye que hemos perdido el valor a la honorabilidad: “...los indios no firmaban papeles porque su palabra bastaba, hombres de honor”.  

Advierte efusivamente que falta inculcar valores al interior de las familias, ”los adultos están muy estresados” con su vida diaria y se olvidan de inculcar el amor, el respeto a los otros. 

Afirma maduramente que vender en la calle la ha hecho percatarse de variadas circunstancias de la vida, dice que está orgullosa de su origen, pero sobre todo, es felíz por ser parte de las grandes raíces de México. 

En verdad la boca de esta niña soltó un sobrecogedor mensaje que resuena en las conciencias de muchos mexicanos adultos invadidos en su interior por el materialismo que ha invadido y deshecho las prioridades fundamentales de la vida.

Por favor, les solicito que tomen una pausa y la llenen de tranquilidad. Luego, escuchen con el corazón lo que las palabras de nuestras generaciones expresan desde esta boca. A continuación les pido que reaccionen con arrepentimiento disponiéndose a ser pacificadores.

He aquí el video del discurso:

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