Dijo que la seguridad alimentaria, al lado del problema asociado del cambio climático, "es el reto de nuestro tiempo".
Al pronunciar la 27 "Disertación en memoria de McDougall" sobre seguridad alimentaria, el actual presidente de la "Alianza por una revolución verde en Africa" y premio Nobel de la Paz, aseguró que sin seguridad alimentaria, la cooperación internacional está condenada al fracaso.
"Si los países no pueden asociarse con éxito para garantizar la seguridad alimentaria -la más básica de las necesidades humanas- nuestras esperanzas de una mayor cooperación internacional parecen condenadas al fracaso", anotó.
Explicó que "en los últimos años se ha producido un ominoso retroceso de la idea de objetivos comunes basados en valores compartidos".
"Hemos presenciado un preocupante incremento del proteccionismo, de prohibiciones unilaterales a las exportaciones, el acaparamiento de tierras y acuerdos exclusivos para cubrir las necesidades alimentarias de los ricos, pero no de los pobres", añadió.
Annan añadió que la FAO puede tener un papel destacado para incrementar la transparencia sobre las existencias mundiales de alimentos, y por lo tanto desalentar la especulación y la volatilidad de los mercados, recopilando información más precisa y accesible sobre la cantidad y calidad de estas reservas.
La FAO informó la pasada semana que los precios de los alimentos continuarán subiendo durante los próximos 10 años, amenazando la seguridad alimentaria de millones de personas en los países en desarrollo, pero también en los desarrollados.
La producción mundial de alimentos tendrá que aumentar un 70 por ciento para 2050, cuando se calcula que la población del planeta alcance los 9 mil 200 millones de habitantes, frente a los 6 mil 900 millones de 2010.
La intervención de Annan tuvo lugar en el inicio de la 37 sesión de la Conferencia de la FAO, en la que está previsto que la organización elija un nuevo director general.
En su disertación, el estadista africano abordó también el fenómeno del "acaparamiento de tierras": la compra o arrendamiento de tierras en otros países por parte de naciones que quieren reforzar su seguridad alimentaria.
"Resulta muy inquietante que un reciente estudio desvele que tierras agrícolas de un tamaño equivalente al de Francia fueran compradas en África tan solo en 2009, por fondos de alto riesgo y otros especuladores", señaló Annan.
"No es justo ni sostenible -añadió- que las comunidades se vean desprovistas de sus tierras agrícolas de esta forma, ni que se exporten alimentos en el mismo lugar en el que hay hambre. La población local no aceptará este abuso, ni tampoco debemos de hacerlo nosotros".
Annan dijo, sin embargo, que las grandes explotaciones comerciales juegan un papel importante, pero que deben de integrar sus actividades dentro de las comunidades, actuando como centro neurálgico para enlazar a los pequeños campesinos con las cadenas de valor: mercados supermercados y agronegocios.
El ex secretario general de la ONU pidió que se investigue más sobre los beneficios y consecuencias en la seguridad alimentaria de los biocombustibles obtenidos de los cultivos, que se preste mayor atención a los pequeños campesinos y a las mujeres, y recordó la necesidad de incrementar la investigación y desarrollo.
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