EN BRASIL HASTA LOS NIÑOS DE 10 AÑOS 'JUEGAN' CON LAS DROGAS
Mateus Alexandre Oliveira, de 13 años, es un chico de la calle en Río de Janeiro. Hace dos años comenzó su historia con la droga.
"Primero fue el pegamento, después el thinner, después la cocaína, la marihuana y después el crack que me dieron a probar. Y desde ese momento ya no paré. Pedía dinero en la calle, juntaba 5, 10 o 20 reales. Compraba y fumaba crack. Empecé a adelgazar. Comencé a pasarlo mal. Un día casi tuve una sobredosis el día de año nuevo de 2011", cuenta Mateus.
La obsesión por conseguir droga le llevó a cometer un acto casi suicida: en una ocasión casi lo atropelló un auto. “Estaba muy enloquecido por haber inhalado popper. Le pedí dinero a un automovilista en la calle. Y como no me lo dio, me tiré debajo del auto y me atropelló", dice.
Hoy Mateus se encuentra en una clínica de rehabilitación donde se somete a tratamiento. Su historia es la de muchos brasileños de todos los niveles sociales. Brasil es el principal consumidor de drogas en Latinoamérica con casi un millón de cocainómanos. Según algunos estudios recientes, un 20% de la población reconoce haber probado drogas ilícitas en algún momento de su vida, y la edad de inicio es cada vez menor.
Maria Thereza de Aquino, del Centro de Información sobre drogas dice que hace 20 años un consumidor promedio teniá más de 20 años, y consumía básicamente marihuana. Diez años después la mayoría de los pacientes eran adolescentes de entre 15 y 17 años. Y en este momento los especialistas de la clínica están trabajando ya con niños de 10 años.
Los expertos dicen también que la mayoría de las instituciones que trabajan en la rehabilitación de drogadictos son privadas. "Es como si el Estado estuviera diciendo: "¡Oh! Tenemos un gran problema con la droga, pero no hay nada que hacer. Y ahí las clínicas particulares ocupan ese espacio y buscan resolver el tema casi siempre con internamientos", añade Maria Thereza.
El debate es sonado en la sociedad brasileña. Incluso hay quienes apoyan la legalización de las drogas para poder abordar este tema como una cuestión de salud pública.
"El único ejemplo exitoso de lucha contra una droga es la reducción del tabaquismo. En EE.UU y en Brasil la cantidad de fumadores disminuyó en un cincuenta por ciento. La reducción del consumo de cualquier droga se produce únicamente cuando las personas realmente se convencen a sí mismas”, sostiene Maria Lúcia Caram, especialista en derecho de la organización LEAP, por la legalización de las drogas.
Sin embargo, la polémica, sigue abierta. El problema alcanza en Brasil niveles realmente preocupantes. Según un estudio de la Universidad de Río de Janeiro, el uso de estupefacientes entre los estudiantes de Medicina es cuatro veces mayor al de la población en general. Y lo que es peor, la mayoría afirma que comenzó a consumirlos después de haber ingresado en la carrera.
"Primero fue el pegamento, después el thinner, después la cocaína, la marihuana y después el crack que me dieron a probar. Y desde ese momento ya no paré. Pedía dinero en la calle, juntaba 5, 10 o 20 reales. Compraba y fumaba crack. Empecé a adelgazar. Comencé a pasarlo mal. Un día casi tuve una sobredosis el día de año nuevo de 2011", cuenta Mateus.
La obsesión por conseguir droga le llevó a cometer un acto casi suicida: en una ocasión casi lo atropelló un auto. “Estaba muy enloquecido por haber inhalado popper. Le pedí dinero a un automovilista en la calle. Y como no me lo dio, me tiré debajo del auto y me atropelló", dice.
Hoy Mateus se encuentra en una clínica de rehabilitación donde se somete a tratamiento. Su historia es la de muchos brasileños de todos los niveles sociales. Brasil es el principal consumidor de drogas en Latinoamérica con casi un millón de cocainómanos. Según algunos estudios recientes, un 20% de la población reconoce haber probado drogas ilícitas en algún momento de su vida, y la edad de inicio es cada vez menor.
Maria Thereza de Aquino, del Centro de Información sobre drogas dice que hace 20 años un consumidor promedio teniá más de 20 años, y consumía básicamente marihuana. Diez años después la mayoría de los pacientes eran adolescentes de entre 15 y 17 años. Y en este momento los especialistas de la clínica están trabajando ya con niños de 10 años.
Los expertos dicen también que la mayoría de las instituciones que trabajan en la rehabilitación de drogadictos son privadas. "Es como si el Estado estuviera diciendo: "¡Oh! Tenemos un gran problema con la droga, pero no hay nada que hacer. Y ahí las clínicas particulares ocupan ese espacio y buscan resolver el tema casi siempre con internamientos", añade Maria Thereza.
El debate es sonado en la sociedad brasileña. Incluso hay quienes apoyan la legalización de las drogas para poder abordar este tema como una cuestión de salud pública.
"El único ejemplo exitoso de lucha contra una droga es la reducción del tabaquismo. En EE.UU y en Brasil la cantidad de fumadores disminuyó en un cincuenta por ciento. La reducción del consumo de cualquier droga se produce únicamente cuando las personas realmente se convencen a sí mismas”, sostiene Maria Lúcia Caram, especialista en derecho de la organización LEAP, por la legalización de las drogas.
Sin embargo, la polémica, sigue abierta. El problema alcanza en Brasil niveles realmente preocupantes. Según un estudio de la Universidad de Río de Janeiro, el uso de estupefacientes entre los estudiantes de Medicina es cuatro veces mayor al de la población en general. Y lo que es peor, la mayoría afirma que comenzó a consumirlos después de haber ingresado en la carrera.
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