"Por esa razón, Dios los abandonó a sus pasiones vergonzosas. Aun las mujeres se rebelaron contra la forma natural de tener relaciones sexuales y, en cambio, dieron rienda suelta al sexo unas con otras. Los hombres, por su parte, en lugar de tener relaciones sexuales normales, con la mujer, ardieron en pasiones unos con otros. Los hombres hicieron cosas vergonzosas con otros hombres y, como consecuencia de ese pecado, sufrieron dentro de sí el castigo que merecían".
(Romanos 1: 26-27)
El Hunky Jesus es el nombre de un evento homosexual que se celebra en la ciudad de Mission Dóllars Park, San Francisco, California. El objetivo de dicho festival es burlarse del centro de la fe del cristianismo eligiendo al "mejor y más atractivo Jesucristo gay" (de allí la expresión en inglés hunky).
Este evento gay persigue elegir a un "Jesús homosexual" que sea, según sus organizadores, mejor que el original e histórico. Dicha elección se lleva a cabo haciéndola coincidir con la celebración de la Resurrección de Cristo (Pascua) tratando así de ridiculizar a todo lo que la fe del cristianismo celebra en esos días. El ganador del concurso, celebrado al aire libre, es un "Jesucristo" más atractivo para el público gay compuesto casi exclusivamente de los homosexuales provenientes de muchas partes del mundo y que se reúnen con el fin de desafiar al Eterno.
Sin la conciencia de su pecado, no habrá arrepentimiento ni confianza en Jesús. Sin Jesús, ellos no tendrán perdón y sin perdón no hay salvación.
El vídeo que a continuación se expone es un testimonio de cómo estas organizaciones satélites de los Illuminatis están haciendo que los libros celestiales escriban actas en su contra y aceleren los juicios celestiales sobre las regiones celestiales de San Francisco y el estado de California.
(Atencion: El video es muy fuerte se recomienda la supervisión de personas mayores de edad si hay menores presentes).
Jesús y la homosexualidad
Ciertamente no encontramos en ninguno de los cuatro evangelios al Señor Jesús hablando directamente acerca de la homosexualidad. Sin embargo, esto no es un indicador, como algunos sugieren, que no tuviera una posición al respecto.
Primeramente vemos a Jesús afirmando como ciertas y eternas las palabras y los mandamientos que fueron dados por el Eterno Dios a Su pueblo en el Antiguo Pacto. Por ejemplo, cuando Jesús estaba defendiéndose contra las acusaciones de los fariseos dijo:
"...la Escritura no puede ser quebrantada”
(Juan 10:35)
Mostrando así que lo que Yahvéh había ordenado en el Antinguo Pacto, no podía ser invalidado posteriormente por hombre alguno.
Asimismo debemos considerar seriamente lo expresado por Él cuando enseñó a sus discípulos en el monte diciendo:
"No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido”
(Mateo 5: 17-18)
¿Cuál Escritura? ¿Cuál ley y los profetas? Jesús se refería al Antiguo Pacto en su totalidad, y desde su perspectiva, todo lo que decía el Antiguo Pacto en sus escritos era verdad y por lo tanto, lo que Él enseñaba se fundamentaba en esos códigos legales y afirmaba, pasajes como Levítico 18-20. Para el Mesías todo esto eran, obviamente, parte de esa Ley o Torah que Él venía a completar dándole plenitud. Es decir, que Jesús dijo que “ni una jota ni una tilde pasarían (inclusive del pasaje en Levítico 18-20) hasta que todo se haya cumplido”.
Es claro, entonces, que Jesús sí habló acerca de la homosexualidad. ¿Cuál fue su posición? Si usamos una correcta hermenéutica debemos concluir que la posición del Señor Jesús era la misma que la que el Eterno Dios reveló en la Antigua Alianza, es decir, que la homosexualidad es una abominación.
Ante esto y si Ud. es un escogido del Eterno, debe orar por la salvación del homosexual de la misma forma como oraría por otra persona en pecado. El homosexual está hecho a la imagen del Eterno Dios; aún cuando él/ella está en grave pecado. Por lo tanto, debe mostrarles la misma dignidad como a cualquier otro con quien usted está en contacto. Sin embargo, esto no significa que usted apruebe su pecado. No comprometa su testimonio por una opinión socialmente aceptable la cual, en sí, no lleva consigo piedad.
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