La moda del sexting (una combinación de las palabras sexo y texting, mensajear, en inglés) está empezando a preocupar a las distintas asociaciones civiles que trabajan en pos del respeto de los derechos de los adolescentes.
Preocupa a padres y educadores una práctica que se está extendiendo entre los adolescentes estadounidenses: el “sexting”. Los jóvenes se fotografían desnudos o semidesnudos con la cámara de su teléfono móvil y luego envían mensajes con las imágenes a sus amigos cercanos, aunque son muchas las veces que trascienden esos límites. Se ha disparado el debate sobre si estamos o no frente a una forma de pornografía.
La ONG Prevención de Embarazos Imprevistos entre Adolescentes ha analizado el fenómeno. Según datos extraídos de una encuesta, en Estados Unidos un 20 por ciento de los jóvenes de entre 13 y 17 años ha mandado alguna imagen o vídeo suyo desnudo o parcialmente desnudo. En la mayoría de los casos lo hacen simplemente “por diversión” o para atraer a sus pares. El problema se agrava cuando las fotos terminan en redes sociales o páginas de Internet.
Las autoridades se enfrentan a un vacío legal antes estos casos, debido a lo novedoso del fenómeno. Determinar responsables cuando el envío del mensaje o la foto en cuestión se hace sin consentimiento del afectado, es un gran problema entonces. No obstante, advierten que quien recibe las fotos puede afrontar cargos por estar en posesión de material obsceno y pornografía infantil.
Vern Myers, agente de policía, explicó a la agencia EFE que aunque sean los propios jóvenes quienes se toman las fotografías, puede considerarse pornografía infantil en algunos casos, porque “si eres quien toma la fotografía, fabricas material (pornográfico) y si la reenvías, lo distribuyes”. Al menos en cuatro estados, el “sexting” es considerado pornografía y explotación sexual de menores.
Marisa Nightingale, directora de Prevención de Embarazos Imprevistos entre Adolescentes, opina que “es crucial que los padres hablen con sus hijos sobre las posibles consecuencias”. La experta advierte de que los jóvenes “pueden llegar a ser realmente humillados y darse cuenta de que lo que pensaban que era divertido se convierte en algo que los persigue durante años”.
En Argentina
Según una encuesta de la Asociación Civil Chicos.net y dos organizaciones extranjeras, nueve de cada 10 adolescentes tiene celular y el 36 por ciento admitió que envía fotos suyas en poses provocativas. Además, de los casi 10 millones de usuarios argentinos de redes sociales y blogs, el 50 por ciento corresponde a chicos de entre 12 y 18 años. La alerta emitida por Missing Children advierte que estos chicos pueden ser captados por redes de trata de personas, o que aparezcan en sitios de pornografía. Desde la entidad aportaron que los padres están preocupados por la situación. Fundamentalmente, porque no saben dónde pueden terminar las fotos de sus hijos. En muchos casos, a las chicas que suben su foto les ofrecen ser modelos pero luego se encuentran con otra cosa.
Los profesionales advierten que este tipo de prácticas no sólo lleva a los adolescentes a ser víctimas de delitos si no que les puede ocasionar problemas emocionales. “Lo que en un principio puede comenzar como una diversión, puede llegar a la humillación y el arrepentimiento por la pérdida de la intimidad, un sentimiento que los puede acompañar por años”, expresó el psicólogo Sergio Balardini.
Observen el informe del siguiente video:
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