Los estudiosos del tema se quejan del desconocimiento existente en el
gran público sobre los paraísos fiscales.
De hecho, cuando hablas con alguien su primer pensamiento es que si tuviese
dinero lo llevaría a las Islas Caimán, Jersey, las Islas
Vírgenes, Gibraltar, Andorra o Suiza. Pero la dimensión
que tienen estos centros financieros
es tal que se ha colado hasta en los sistemas políticos de los países
democráticos e impiden el crecimiento de los países del sur.
Hasta los años 80 estos lugares funcionaban como una caja B donde la gente acaudalada depositaba dinero, pero tras la globalización
financiera que permitió la libertad de movimientos de capital de un país a
otro, se convirtieron en centros legales.
En ese momento se eliminaron los
controles de regulación bancaria que existían en todos los países y quedó plena libertad para mover el dinero.
“En la actualidad los paraísos fiscales son aquellos enclaves
geográficos que se han convertido en centros
financieros para no residentes. Se conocen también como offshore y ofrecen ventajas como la exención de impuestos, opacidad, secretismo y
mucha libertad de acción para hacer operaciones que en países normales no se
podrían hacer", según las declaraciones de Juan Vigueras, doctor en Derecho, coordinador de la Comisión de
Paraísos Fiscales de ATTAC España y miembro del comité directivo de Justicia
Fiscal Tax Justice Network.
En lugares como las Bermudas,
Luxemburgo o Liechtenstein depositan dinero
fundamentalmente las grandes corporaciones internacionales y los grandes bancos.
Estos son los principales clientes de los paraísos fiscales.
Los beneficios que obtienen
con ello son por un lado un ahorro fiscal al no pagar impuestos,
y por otro la posibilidad de realizar operaciones opacas de las cuales se
desconoce quién ha sido realmente el titular. "Lo más simple es hacer depósitos,
pero normalmente se crea un fondo de inversiones o una sociedad offshore con
una regulación específica” -explica Juan Vigueras-. En la propia
memoria de Telefónica se recogen siete sociedades holdings (sociedades de cartera) registradas en
las Islas Vírgenes Británicas con el mismo domicilio, que es un buzón
de correos: PAL GROVE HOUSE. P.O. BOX 438 Tórtola. British Virgins Islands.
Estos lugares paradisíacos están hundiendo las
economías del planeta.
Veamos
para demostrarlo dos casos: el tercer
mundo y los países industrializados.
Juan Vigueras nos habla del empobrecimiento de los países del sur: "Desde ATTAC calculamos que al año se pierden por evasión fiscal 255.000 millones en estos países. El empobrecimiento se debe a la evasión
fiscal de las clases dirigentes de allí. Pero además este sistema
contribuye a la corrupción de estos mandatarios. Pensemos en Angola, un país rico en petróleo que en
realidad explotan compañías norteamericanas. Éstas se han negado repetidamente
a dar datos públicos de cuánto le pagan al Estado angoleño, que tiene cuentas en Jersey.
Y las sublevaciones militares que se dan
en países del sur se financian con dinero procedente de estos sitios,
porque es la manera de que no se sepa de dónde ha venido".
Paradójicamente, mientras se da o presta dinero a estos países para que puedan
crecer, los dirigentes se lo llevan a paraísos fiscales, hasta el punto de que
con ese capital se podrían conseguir gran parte de los Objetivos del Milenio,
que no se cumplen por falta de presupuesto.
Pasemos
ahora a los países industrializados.
El periodista Xavier Caño afirma que "se
calcula que la evasión de impuestos a
gran escala en países desarrollados reduce hasta un 15% los ingresos de los
Estados y, en consecuencia, la inversión en educación, sanidad y seguridad.
Además, la corrupción tiene en los paraísos fiscales los cómplices
imprescindibles donde guardar y camuflar el fruto de sus rapiñas: esa
corrupción retrasa el desarrollo social, como reconoce el propio FMI, o
precipita directamente a la ruina. El caso de Argentina es significativo: el
dinero evadido o robado a lo público fue a paraísos fiscales y casi equivalía
al monto de la deuda externa que ahoga al país".
En
Europa ya puede verse cómo influyen los impuestos que no pagan estas grandes
empresas con sede en los paraísos fiscales. Están arruinando economías como la
de Alemania. Para solucionarlo, este país ha subido el IVA del 16 al 19%,
mientras ha bajado la tributación de los beneficios del capital para animar a
las empresas a que se queden.
Pero su influencia no es sólo económica. Juan Vigueras acaba de publicar con Akal el libro
Los paraísos fiscales. Cómo los centros offshore socavan las democracias. ¿Cómo influyen hasta ese punto? "Porque
al final los gobiernos no tienen libertad para ejecutar el programa que se han
comprometido. Fíjate que cuando hay un acontecimiento político enseguida se
habla de cómo van a subir los mercados y la bolsa. Es decir, son los mercados
financieros los que están juzgando la política de los gobiernos en vez de los
ciudadanos. Eso sucede así y lo aceptamos como normal. Pues no lo es, y hay que
meterlo en la cabeza de la gente".
Los denominados paraísos fiscales son paraísos tan sólo para
organizaciones y personas que operan fuera de la ley, utilizados para lavar
dinero cuyo origen no quieren declarar, evadir impuestos y evitar ser
identificados y controlados. Pueden ser empresas o individuos que delinquen
económicamente, así como traficantes de drogas, armas o personas,
organizaciones ilegales de cualquier tipo y peligrosidad. Paraíso fiscal es una
expresión engañosa y liviana que esconde delitos, delincuentes, cómplices y víctimas.
Convendría dejar de llamarlos paraísos fiscales para desenmascararlos como paraísos
para delincuentes y evasores, que es en verdad lo que son.
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