"El hombre de muchos amigos se arruina, pero hay amigo más unido que un hermano".
Proverbios 18:24
P.A. David Nesher
No viene mal compartirles la siguiente frase acerca de este pasatiempo maravilloso que la vida ofrece:
“En la vida, un amigo es mucho; dos, muchísimo, y tres, casi imposible.”
—Henry Brooks Adams.
Este pensamiento indica que escasean los amigos de verdad. Mucha gente se siente sola y anhela conseguir tales compañeros, por lo que hace comentarios como: “No tengo a quién acudir”, “No puedo confiar en nadie” o “mi perro es mi mejor amigo”.
Reconozco a esta altura de mis años que nuestra calidad de vida depende a buen grado de la calidad de las amistades que obtengamos en nuestra existencia. Puedo asegurarles que los egocéntricos no son felices, pues no tienen amigos con quienes compartir lo que poseen o lo que piensan. Esta actitud es la que bien dijo Jesucristo que debe existir en el ser humano: “hay más felicidad en dar que en recibir” (Hechos 20:35). De forma análoga, el poeta inglés George Byron escribió: “Quien quiera acrecentar su gozo, compártalo”.
Las Escrituras exhortan al hombre mesiánico a ‘ensanchar’ sus afectos (2 Corintios 6:13). Sí, es sabio, y convenientemente saludable, brindarnos a los demás. En Eclesiastés 11:1, 2 leemos: “Dale de comer al hambriento, y un día serás recompensado. Comparte lo que tienes con siete y hasta ocho amigos, pues no sabes si mañana el país estará en problemas”. ¿Qué tiene que ver este principio con las amistades? Respuesta sencilla: si entablamos muchos amigos, alguno habrá que nos ayude en tiempos difíciles.
Además, los amigos de verdad nos protegen de otro modo. Como señala Proverbios 27:6, “Más se puede confiar en el amigo que hiere que en el enemigo que besa.”. Así, aunque cualquiera puede colmarnos de elogios, solo estos compañeros nos tienen la estima necesaria para señalarnos las faltas graves y aconsejarnos de forma constructiva y cariñosa (Proverbios 28:23).
Ahora bien, ante todo lo hasta ahora compartido, hay algo que sí estoy convencido puedo aportarles a todos ustedes, y tiene que ver con las actitudes que aprendí a practicar en mi propia vida para ganar los amigos que el Eterno, en Su Providencia, me tenía señalados para edificar mi propósito mesiánico.
Si deseamos que otra persona ingrese por amor a nuestra vida, es necesario que estemos dispuestos a abandonar ciertas características destructivas de toda empatía humana. Las mismas las resumiré en diez puntos:
- La necesidad de tener siempre razón.
- La necesidad de ser el primero en todo.
- La necesidad de ejercer constantemente el control.
- La necesidad de ser perfecto.
- La necesidad de ser amado por todos.
- La necesidad de poseer.
- La necesidad de no tener conflictos ni frustraciones.
- La necesidad de cambiar a otros según nuestras necesidades.
- La necesidad de culpar.
- La necesidad de dominar.a
Anhelo que estas pautas les ayuden a obtener una gran cosecha de amigos. Ahora, me despido de cada uno de Uds. recordándoles que la amistad genuina es una gran dádiva que da el Dios Eterno. Refleja la forma de ser del Dios-Amor que nos creó, quien, por amor y generosidad, llenó la Tierra de criaturas inteligentes de las que podemos ser amigos. Imitaremos a Yahvéh y a su Hijo Jesucristo si nos relacionamos con nuestros hermanos les damos ánimo, los acompañamos en el ministerio y oramos habitualmente con ellos y por ellos.
Esfuércense ahora por ser buenos compañeros y hacerse amigos de quienes aman a Abba nuestro.
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2 comentarios:
YO SOY DE TENER AMIGAS Y AMIGOS,TRATO DE ELEGIR A MIS AMISTADES,SOY AMIGUERA Y A VECES ME HAN TRAICIONADO,PERO NO PUEDO DEJAR DE CONFIAR EN LA GENTE
Gracias por compartir tan importantes y sabios consejos, estos diez puntos reflejan muchas veces a quienes destruyen amistades que uno consideraba buenas, pero que a la larga solo traen destrucción. Bendecido
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