Se agrava la crisis en Italia y arrastra a las Bolsas europeas
La mala noticia fue el alza de las tasas de interés
que pagan los títulos de Estado. Los bonos a dos años se ubicaron en el
5,08%. Y además, el poderoso presidente de Ferrari, Luca de
Montezemolo, pidió la renuncia urgente de Berlusconi.
- PorJulio Algañaraz
- Roma. Corresponsal
- jalgañaraz@clarin.com
Las Bolsas europeas se derrumbaron nuevamente ayer, con una perdida
en conjunto de 270 mil millones de euros de capitalización, pero el dato
más dramático se registró en Italia y no fue la caída de 3,82% de la
Bolsa de Milán, sino el alza de las tasas de interés que pagan los títulos de Estado
. Estas subidas se hicieron casi desesperantes en las obligaciones de
corto plazo, con un nivel de 5,08% euros en los títulos a dos años.
“Italia está en peligro y ha llegado al punto de no retorno. No hay un
minuto que perder: es necesario un gobierno de salud pública”, sin
Silvio Berlusconi, dijo el presidente de la Ferrari, Luca Cordero de
Montezemolo, ex titular de la central empresaria de los industriales, la
Confindustra y ex titular de la FIAT.
Italia vivió otro día
pésimo de su grave crisis política, económica y financiera, en el marco
de una Europa agitada por la crisis global que no logra estabilizar.
Ayer, la fuerte caída de las bolsas europeas fueron estimuladas por
los temores cada vez más concretos de una próxima recesión económica, el
agravamiento de la situación italiana y el lastre de los bancos , repletos de títulos públicos de pago incierto.
En
Italia se anunció que la desocupación juvenil creció casi al 30%,
mientras que el número de desempleados pasó los dos millones de
personas. Una de cada dos mujeres no tiene trabajo.
Por otro lado
la inflación creció al 3,4% anual, mientras que el nivel de los
aumentos salariales llega a la mitad, el 1,7%, con una pérdida neta del
poder adquisitivo, que está en el nivel de los años 90.
Al cierre
de las cotizaciones, la Bolsa de Milán perdió el 3,82%, confirmándose
como la peor del continente, mientras que Frankfurt cayó el 3,23%, París
el 3,16% y Madrid un 2,92%.
Londres, que está fuera de la zona
euro, bajó el 2,77%. En todos los países las pérdidas mayores se
registraron en el sector bancario.
El jueves y viernes se reunirán
en Cannes, sur de Francia, los jefes de Estado y de gobierno del Grupo
de los Veinte, el G-20, uno de cuyos miembros es la Argentina. Europa
esperaba arribar a la cita con un plan anticrisis en marcha.
Los
17 países de la Eurozona lo aprobaron en la madrugada del jueves. Se
apoya en tres pilares: el refuerzo hasta un billón de euros del fondo de
rescate europeo, una quita del 50% de la deuda griega con los bancos, y
una recapitalización de los institutos de crédito de 100 mil millones
de euros. El euro resintió de los golpes financieros y de 1,41 bajó a
1,39 dólares.
El aumento firme del diferencial de riesgo entre lo
que paga el Tesoro italiano y los buscados “bund” alemanes, demostró que
los mercados quieren desprenderse de las obligaciones que emite Roma.
Las tasas por los títulos decenales se situaron en el 6,09%, pero fue
en los plazos cortos donde la perdida de confianza en Italia se hizo
dramática. El rendimiento de los BTP a dos años llegó a 5,08% y arañó el
6% en las obligaciones a cinco años, el máximo nivel desde que el euro
nació en 1999.
El ex presidente de FIAT, Luca de Montezemolo, intervino con una carta al diario La Repubblica para pedir la renuncia del premier Berlusconi y la formación “de un gobierno de salud pública”.
“No
hay un minuto que perder. Están en juego los ahorros de los italianos,
la estabilidad social y la permanencia de Italia en el sistema euro”,
escribió Luca de Montezemolo. El empresario es considerado una
importante carta de los grupos centristas que están negociando con la
opositora centroizquierda una salida inmediata para aliviar la crisis.
Montezemolo presentó en su carta un programa de cinco propuestas contra
la especulación, el crecimiento de la economía, el ataque a los “costos
de la política, una mayor flexibilidad en el mercado laboral y cambios
en el sistema jubilatorio, pero todo concertado entre los grupos
sociales y los partidos. “Berlusconi debe entender que el tiempo se ha
acabado”, concluyó el presidente de Ferrari.
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