Madrid. La derecha española volverá casi con toda seguridad
al poder, siete años después, en las elecciones del próximo domingo,
infligiendo una derrota histórica al gobernante Partido Socialista.
Unos 36 millones de electores acudirán el próximo domingo a las urnas para elegir a su nuevo Gobierno y, según todas las encuestas, otorgar mayoría al conservador Partido Popular (PP), que lidera Mariano Rajoy (leer el dato del final).
Los sondeos publicados el domingo por los dos principales diarios españoles, los últimos antes de las elecciones, le otorgaban entre 192 y 198 escaños, muy por encima de los 176 diputados que marcan la mayoría absoluta en el Congreso, la cámara baja del Parlamento español.
Unos 36 millones de electores acudirán el próximo domingo a las urnas para elegir a su nuevo Gobierno y, según todas las encuestas, otorgar mayoría al conservador Partido Popular (PP), que lidera Mariano Rajoy (leer el dato del final).
Los sondeos publicados el domingo por los dos principales diarios españoles, los últimos antes de las elecciones, le otorgaban entre 192 y 198 escaños, muy por encima de los 176 diputados que marcan la mayoría absoluta en el Congreso, la cámara baja del Parlamento español.
En cambio, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), en el poder desde 2004,
y su candidato, el ex número dos del Ejecutivo, Alfredo Pérez Rubalcaba,
podrían acusar el desgaste de tres años de dura crisis y sufrir su peor
resultado desde la vuelta de la democracia con 112 escaños.
La terrible crisis, nacida de la conjunción del estallido de la burbuja inmobiliaria con la crisis financiera en 2008, que ha causado casi cinco millones de desempleados, parece haber sido un handicap demasiado grande para el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, quien se vio obligado a adelantar los comicios.
"El Partido Socialista hizo el cálculo de que, cuando llegara el momento de las elecciones, el paro estaría por lo menos estancado. Eso ha sido un dato terrorífico para el voto", consideró el catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Madrid, Fernando Vallespín.
Para este analista, "la gran acusación a este Gobierno es que tomara medidas tarde frente a una crisis que no parece entender de ideologías políticas y ya se ha llevado por delante los Gobiernos de Grecia e Italia".
Y así, los socialistas españoles serán, según los pronósticos, las siguientes víctimas de una situación contra la que intentaron luchar con unas medidas de austeridad desde mayo de 2010, que solo sirvieron para aumentar el descontento popular.
Congelación de las pensiones, retraso de la edad de jubilación de los 65 a los 67 años, reducción del 5% en los salarios de los funcionarios, aumento fiscal, todo ello sirvió solo para dar alas a movimientos como el de los "indignados", que se volvió a manifestar el domingo en la capital, Madrid.
La terrible crisis, nacida de la conjunción del estallido de la burbuja inmobiliaria con la crisis financiera en 2008, que ha causado casi cinco millones de desempleados, parece haber sido un handicap demasiado grande para el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, quien se vio obligado a adelantar los comicios.
"El Partido Socialista hizo el cálculo de que, cuando llegara el momento de las elecciones, el paro estaría por lo menos estancado. Eso ha sido un dato terrorífico para el voto", consideró el catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Madrid, Fernando Vallespín.
Para este analista, "la gran acusación a este Gobierno es que tomara medidas tarde frente a una crisis que no parece entender de ideologías políticas y ya se ha llevado por delante los Gobiernos de Grecia e Italia".
Y así, los socialistas españoles serán, según los pronósticos, las siguientes víctimas de una situación contra la que intentaron luchar con unas medidas de austeridad desde mayo de 2010, que solo sirvieron para aumentar el descontento popular.
Congelación de las pensiones, retraso de la edad de jubilación de los 65 a los 67 años, reducción del 5% en los salarios de los funcionarios, aumento fiscal, todo ello sirvió solo para dar alas a movimientos como el de los "indignados", que se volvió a manifestar el domingo en la capital, Madrid.
Dato interesante:
Mariano
Rajoy,líder de la derecha española,durante el viaje a México que
realizó tras perder las elecciones generales de marzo de 2008,abrazó la
fe masónica y decidió someter su estrategia política a los intereses y
postulados de ese poderoso grupo de presión y de poder internacional,en
el que se asegura que también militan numerosos dirigentes del PSOE. Para ampliar este dato los invito leer: Rajoy tentado por la Masonería “allá en el Rancho Grande”
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