viernes, 7 de noviembre de 2014

Abrazos: una terapia para dar y recibir


Considerando que nuestra  Asambleas de Gobierno ejercitan en cada encuentro la práctica apostólica que tenían las primeras comunidades del "ósculo santo" o "ósculo de amor" (Romanos 16:16; 2 Corintios 13:12;1 Tesalonicenses 5: 26; 1 Pedro 5.14) y debido a que al hacerlo los hermanos nos abrazamos, encontré conveniente compartirles estos secretos terapéuticos del poder de un abrazo.

A continuación les comparto 10 razones por las que es tan recomendable esta práctica, desde la familia y hacia toda conexión humana marcada por el afecto.

1. Ayuda a la comunicación.

Un abrazo genera confianza y un sentido de seguridad. Esto ayuda a la comunicación abierta y honesta.

2. Alivia sentimientos de soledad o ira.

Los abrazos pueden aumentar instantáneamente los niveles de oxitocina, otorgando una sensación de bienestar y contrarrestando los sentimientos de soledad, aislamiento e ira.

3. Mejora el estado de ánimo.

Un abrazo prolongado eleva los niveles de serotonina, mejorando el estado de ánimo.

4. Fortalecen el sistema inmunológico.

La suave presión sobre el esternón y la carga emocional que esto crea estimula la glándula del timo, que regula y equilibra la producción de glóbulos blancos en la sangre, ayudándote a mantenerte sano.

5. Eleva la autoestima.

Los abrazos nos hacen sentir amados y especiales. De hecho, muchos especialistas asocian el autoestima a las sensaciones táctiles de nuestros primeros años de vida. Los mimos que recibimos de nuestra mamá y papá mientras crecimos nos marcan, y conectan con nuestra capacidad de querernos y respetarnos a nosotros mismos.

6. Relaja los músculos.

Los abrazos liberan la tensión en el cuerpo. Pueden incluso calmar algunos dolores al estimular la circulación en los tejidos blandos.

7. Equilibran el sistema nervioso.

El efecto de la humedad y la electricidad en la piel que da un abrazo puede equilibrar nuestro sistema nervioso.

8. Nos enseñan cómo dar y recibir.

Los abrazos nos educan sobre cómo fluye el amor en ambos sentidos.

9. Sus efectos son parecidos a los de la oración y la risa.

Los abrazos nos alientan a fluir con la energía de la vida. Además, nos sacan de nuestros patrones de pensamiento y conectan con los sentimientos, equilibrando nuestra respiración.

10. Fomentan la empatía y la comprensión.

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