miércoles, 30 de julio de 2014

Las últimas 1.500 familias cristianas de Mosul parten para el exilio.


Los terroristas del ISIS lanzaron a los cristianos que todavía permanecían en Mosul una oferta que no podían rechazar: conversión, exilio, pago del impuesto por protección (jizya) o muerte. Sin embargo, la opción de la jizya pronto pareció excesivamente generosa a los secuaces del “Profeta”, por lo que fue eliminada esta posibilidad.

El viernes, día en que finalizada el plazo para la expulsión, los cristianos abandonaron con lo puesto sus hogares en dirección a ninguna parte. En los controles fueron amenazados, humillados y desvalijados del dinero que portaban, incluso los crucifijos les fueron arrebatados. Más de 1.500 familias ocuparon las carreteras en hileras interminables, sin esperanza, como los judíos iraquíes en 1950. 

La serpenteante muchedumbre recordaba a los cristianos armenios y asirios obligados por los turcos a caminar por los desiertos sin descanso ni alimentos. Entonces, comenzaba el siglo XX, fueron exterminados 2.000.000 de cristianos en el nombre de Alá.

Unos pocos cristianos se han convertido en Mosul al islam. Ya tienen la correspondiente documentación que acredita su condición islámica y allí permanecen. Han salvado sus bienes, por el momento, pero deberán acudir diariamente a la mezquita y estarán durante mucho tiempo en “observación”, vigilados y bajo sospecha.

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