“No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra: No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Yahvéh tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, sobre los terceros y sobre los cuartos, a los que me aborrecen, Y que hago misericordia en millares a los que me aman, y guardan mis mandamientos.”
(Éxodo 20:4-6)
El acto de apostasía que Uds. verán tuvo lugar en el municipio de Hermosillo (estado de Sonora, México) en la Iglesia Redimidos, una de las tantas congregaciones que están caminando paralelamente en el camino de la fe que nuestro Mesías otorgara como don del Padre en nuestros corazones.
El encargado de presidir esta asamblea babilónica es Jonatan Meza, pastor evangélico devenido por auto-proclamación apóstol, pero que evidentemente no lo es tal y como lo prueban las imágenes de este video.
Si Uds. no saben quien es este personaje al servicio de los caminos sinuosos de la serpiente antigua, debo decirle que se hizo famoso por sus tajantes herejías tales como
la maternidad del Espíritu (asegura que el Espiritu Santo la parte femenina de la Trinidad, es decir, que es mujer), la muerte
espiritual de Cristo en el infierno (Como pecador), la diosificacion
humana ("somos dioses", tal y como lo sostienen los mormones), los pactos monetarios, entre otros.
Pero como la sed de aberraciones de este varón y sus fieles incautos no tiene fin Uds., que seguramente creían como yo que ya habían llegado al límite de asombro en este campo de la apostasía apostolítica observarán un acto idolátrico de esos que llevan al borde a la misericordia divina. Por favor, prepare su mente para aguantar la arcada espiritual que estas imágenes querrán provocarle:
Es evidente que estos jóvenes incautos se encuentran descritos en las líneas apostólicas que el Espíritu Santo inspiró en la enseñanza paulina cuando describe:
“Porque habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni dieron gracias; antes se desvanecieron en sus discursos, y el necio corazón de ellos fue entenebrecido. Diciéndose ser sabios, se hicieron fatuos, Y trocaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, y de aves, y de animales de cuatro pies, y de serpientes”
(Romanos 1:21-23).
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