jueves, 25 de diciembre de 2014

Las falacias de la Tradición contra la Verdad de la Instrucción Divina

"Y este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, pues sus acciones eran malas".
(S. Juan 3:19)


Debo comenzar esta bitácora, confesando delante de Uds. que los lineamientos divinos expresados en este versículo no han cesado de vibrar, en mi mente y corazón, desde hace ya tres días. 

Sucede que he discernido en mis razonamientos la triste realidad que las congregaciones evangélicas viven hoy. Una realidad muy acorde al siglo XXI: mucha información pero cada día mayor necedad voluntaria. 

Los medios, globalizados en redes, y especialmente expandidos por medio de la Internet, ofrecen a cada momento un torrente de información de diversos niveles y tintes, que permiten conocer los fundamentos y las dinámicas de las distintas y variadas áreas humanas. Gracias a Internet, los seres humanos, ahora, tenemos acceso ilimitado a la información, y con ello, a millones de fuentes.

Aprovechando esta avanzada frenética de la ciencia y la tecnología, la gracia de de nuestro Dios Eterno ha permitido a todos aquellos que se dicen creyentes en Su Palabra, acceder sin límites a toda información que quieran y necesiten recibir en temas cruciales de sus prácticas de fe. 

Entiendo que en medio de la aventura del alma buscando el saber siempre está el riesgo de encontrarse perdido en los caminos del error que fundamenta una mentira y que, en el caso de un creyente en el Eterno, puede conducirlo a la herejía que hace caer en apostasía. Muchos de los llamados por el Padre Celestial, a veces en sus búsquedas sinceras olvidan algo: no todas las fuentes son veraces. Ante esto he sido testigos de cómo muchísimos redimidos han caído rápidamente en los lazos del engañador (diablo) y se han apartado de la fe, uniéndose al listado interminable de los condenados al juicio divino que los espera después de la segunda resurrección.

Sin embargo, en otras oportunidades, la comezón de oír, puede conducir a los escogidos a páginas con contenidos fundamentados en al correcta información, pero que, lamentablemente, son inspiradas por el mismo espíritu que susurró a los oídos de Hava (Eva) falacias que conducen a la rebelión que obliga al Eterno a aplicar, primeramente maldición, y luego condenación. Para que se entienda bien lo que quiero expresar, primeramente definiré lo que significa la expresión falacia. Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE) una falacia es una mentira o engaño con el que se pretende dañar a una persona sin que ésta se dé cuenta. En la lógica, el concepto se utiliza para referirse a un argumento que intenta defender algo que es falso, desde la utilización de conceptos verdaderos. 

Teniendo en cuenta esto último, hoy encontré a esta mujer mexicana, según su testimonio ex-hechicera, devenida en "profeta" de Dios, dando sus saludos navideños a sus fanáticos seguidores e impartiéndoles una enseñanza que partiendo de lo correcto se lanza a la falsedad de su pragmatismo.

Antes, de continuar con lo que quiero expresar, deseo invitarlos a que tomen un poco de su tiempo (23 minutos) y se dispongan a escuchar la enseñanza impartida por esta dama:


Encabecé esta bitácora con las palabras mesiánicas que han estado invadiendo constantemente mi mente y corazón estos tres últimos días, porque he notado que la gran mayoría de los escogidos que aún habitan en medio de la Gran Ramera, lo hacen no por estar hipnotizados por los encantamientos de este sistema, sino porque voluntariamente gozan de los placeres que sus dogmas y costumbres promueven.

Si han discernido bien la enseñanza dada en este video, lo que "Voz de la Luz" (nombre del ministerio de esta mujer) expresa claramente es que existen fiestas paganas heredadas a través de tradiciones humanas. Es decir, que esta mujer reconoce que la navidad, así como otras costumbres, procede de una herencia totalmente ajena a la que el Eterno ha entregado a Su Iglesia, a través de la redención hecha en Su Hijo, nuestro Mesías. Desde esta posición de su ponencia, la "profeta" (no entiendo por qué usa título viril) da la sensación de estar de acuerdo con lo que nuestro amado Señor enseñó con respecto a la tradición de los hombres y sus efectos contrarios a la Palabra de Dios (ver S. Mateo 15:2-9), sin embargo al terminar su exposición descubrimos que esto no es así, sino que, por el contrario, para ella esta tradición debe ser simplemente "redimida" para Dios, osea robada a Satanás (según su óptica) y traída como obsequio al Eterno, nuestro Abba.

Para que esta conclusión sea aceptada y creída por sus oyentes, es interesante observar que la asumida sierva al servicio de los santos utiliza una excelente exposición de conocimientos certeros, sujetos todos a los datos históricos correctos. 


De ese modo, la enseñanza transcurre primeramente por el calendario hebreo (al que ella llama judío), señalando magistralmente la fecha de concepción y nacimiento aproximadamente correcta del Mesías. Recurriendo a la explicación de los 24 turnos sacerdotales y su aplicación a Zacarías, sacerdote del turno de Abías, padre del profeta Juan, el bautista, ella deja bien en claro que la clase sacerdotal de Abías ministraba en el 4º mes (llamado por la casa de Judá, Tamuz). Zacarías, que pertenecía a este linaje sacerdotal, estaba justamente ministrando en este mes cuando recibió la noticia de que su mujer concebiría de él un hijo a partir de este tiempo (junio-julio). La misma Ana Méndez lee el evangelio de Lucas (cap.1: vs.5-13; 36) y hace asumir que, siendo este el tiempo de concepción de Juan, su nacimiento ocurriría en el mes de adar, demostrando así, por lógico conteo de meses, que el Mesías debe haber nacido en las segunda quincena del 7º mes (tishrei) aproximadamente. 

Luego, y del mismo modo magistral, esta mujer aporta a sus oyentes la información, también certera del mitraísmo, religión esotérica que influenció al Imperio Romano durante los siglos II al IV, y que los mismos emperadores practicaban y promocionaban. En esta sección de su enseñanza, ella dejará constancia de que las anécdotas referentes al nacimiento del Mesías y asumidas por la cristiandad como ciertas (pesebre en una cueva, animales que rodean a un "niño dios", etc.) pertenecen en realidad al mito del nacimiento de Mitra, un falso cristo invocado en aquel entonces y que está relacionado con Tamuz, el hijo de Nimrod y Semirámis, posteriormente divinizado por distintas culturas y civilizaciones. Ella demuestra en esta marcha pedagógica cómo esta religión cristalizó la fecha del 25 de diciembre como el festival del Natalis Solis Invictus (Nacimiento del Sol Invisible o Navidad). Queda claro como, a través de Constantino, esta fiesta será una sincretización aceptada por los obispos de occidente ante las ofertas políticas que ese emperador les ofreció para dejarlos funcionar como religión oficial del Imperio.


También, aprovecha esta sección, para explicar las costumbres asumidas por las tradiciones navideñas provenientes de las saturnales. Las Saturnales (en latín Saturnalia) eran unas importantes festividades romanas. Esta fiesta se celebraba con un sacrificio en el Templo de Saturno, en el Foro Romano, y un banquete público, seguido por el intercambio de regalos, continuo festejo, y un ambiente de carnaval que desplomaba las normas sociales. Todo esta información la profundiza esta mujer mientras enseña. 

Luego, la enseñanza "mendeziana" discurre por la correcta información que conecta a a esta fiesta con las tradiciones nórdicas de Europa. Es perfecta la síntesis que esta mujer realiza demostrando que el espíritu de la navidad está conectado a la actividad diabólica de la adoración falsa de las naciones bárbaras que la  practicaron. Terminará mostrando como el dios Odín, montado en la cabra (símbolo de la rebelión), cabalgaba en los cielos de esas regiones trayendo un mensaje de paz, junto con regalos a sus adoradores. Es aquí dónde esta mujer pone su punto de denuncia al consumismo, explicando claramente que esta camino reptiliano es el producto propio de esta celebración luciferina.

Por último, y como si tanta información acertada no alcanzara, Ana Mendez recurrirá al relato de sus experiencias viajeras. Entonces conduce la atención de todos a una experiencia que tuvo con otros supuestos "profetas", en una misión (dada según ella por Dios) al polo norte. Habla allí de correos navideños enviados al "palacio de Santa". Se remonta a visiones en el que aparecen troll y otras especies del inframundo. Y terminará infundiendo miedo a sus espectadores aduciendo que esos demonios visitan cada 25 de diciembre sus casas y familias trayendo maldiciones y plagas de todo clase.

Por todo esto, y ante tanta y correcta información, la conclusión de esta enseñanza se desprende libremente en el corazón de los que escuchan esto. Se denota y discierne como el espíritu pedagógico de la Verdad, está listo para manifestar su producto: hombres libres de cautividad. Sin embargo, y lamentablemente, el resultado de esta exposición, de repente se frena, y luego desviándose, termina diferente. La "profeta", con total falta de compromiso ante el llamado del Eterno, y como pretendiendo ganar más "admiradores", dirá adulando a sus oyentes que es necesario celebrar esta fiesta pero limpia de toda contaminación pagana. Para ello, justificará que estas fechas forman un buen tiempo para proclamar el evangelio de Jesús, procurando que Él nazca en los corazones de los hombres, que en esta temporada se inclinan a buscar de las cosas del Dios vivo.  Pues bien, ante este resultado, y entendiendo el significado de las palabras, debo decir que una veza más estamos ante una falacia.

Pero de repente la Escritura comienza nuevamente a vibrar en mi mente y corazón. Tengo claro en mí que cuando hay Instrucción (Torah), no es necesaria tanta visión. Entonces, me hago consciente que no hay nada nuevo bajo el sol. Entiendo que siempre el alma del hombre busca rebeldemente aquello que el Eterno le ha señalado que no es conveniente para su vida. Los hombrees tienden a elegir el camino de la muerte. Israel siempre nos es ejemplo en esto. Su historia escrita lo demuestra. Fue por esta constante actitud negativa de buscar falacias para interpretar la Torah que el Reino del Norte fue dispersado y nunca más volvió a su heredad:
"Mas ellos no obedecieron, antes endurecieron su cerviz, como la cerviz de sus padres, los cuales no creyeron en Yahwéh su Dios.
 Y desecharon sus estatutos, y el pacto que él había hecho con sus padres, y los testimonios que él había prescrito a ellos; y siguieron la vanidad, y se hicieron vanos, y fueron en pos de las naciones que estaban alrededor de ellos, de las cuales Yahwéh les había mandado que no hiciesen a la manera de ellas.
Dejaron todos los mandamientos de Yahwéh su Dios, y se hicieron imágenes fundidas de dos becerros, y también imágenes de Asera, y adoraron a todo el ejército de los cielos, y sirvieron a Baal;  e hicieron pasar a sus hijos y a sus hijas por fuego; y se dieron a adivinaciones y agoreros, y se entregaron a hacer lo malo ante los ojos de Yahwéh, provocándolo a ira. 

Yahwéh, por tanto, se airó en gran manera contra Israel, y los quitó de delante de su rostro; y no quedó sino sólo la tribu de Judá".
(2Reyes 17:14-18)

No obedecer la Torah (Instrucción) produce juicios divinos, y todo juicio termina en condenación, palabra que el "mundillo evangelicoide", desde sus líderes mismos, dicen que no corresponde usar. Seguir las costumbres de pueblos ajenos a Israel es propio de la vanidad que el Santo denuncia. ¡Navidad es Vanidad!

La señora Méndez, al igual que una inmensa mayoría de líderes religiosos, no quieren someterse al llamado que el corazón pastoral del Eterno tiene para aquellos que se dicen siervos de Su propósito:


"Y enseñarán a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les enseñarán a discernir entre lo limpio y lo no limpio".
(Ezequiel 44:23)

Cuando la misión pastoral se lleva en el carril correcto de su diseño no se teme la pérdida de discípulos. Al contrario, el Espíritu Santo del Eterno se está moviendo en Su Gracia sobre las aguas (naciones, muchedumbres, pueblos, etc.) permitiendo que toda esta información histórica esté saliendo a la luz de las conciencias con el fin de que el Pueblo de Yahvéh salga de las zonas de cautividad babilónica.

No estamos llamados a robar nada. No somos ladrones. Ladrón es HaSatán desde el principio. Él viene para robar, matar y destruir (Juan 10:10) y de acuerdo al contexto de esta denuncia mesiánica, esto él lo hace por medio de las estructuras religiosas que opresionan a los hombres con tradiciones y dogmas provenientes de las fauces del adversario mismo.

Los invito a escuchar esta pequeña reflexión que grabé al inicio de este mes ante esa falacia de que hemos robado la navidad, y otras costumbres al diablo, para dedicárselas al Eterno Dios:
(Nota: Aunque el video aduce que no se puede reproducir, los invito a hacer click sobre la imagen del mismo en el cartel ACEPTAR y serán redireccionados al link original. Tengan paciencia el material tarda en comenzar debido a la publicidad)
Broadcast live streaming video on Ustream

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