Evo Morales, presidente de Bolivia, nos tiene acostumbrados a comentarios que suelen provocarnos distintas sensaciones intelectuales. Entre los varios hay uno que me ha dejado meditando. El mismo está relacionado con la muerte del presidente venezolano Hugo Chávez y el papel conspirativo que cumplen las fuerzas del sistema de cosas imperial que hoy gobierna desde esa élite reptiliana del norte.
El mandatario boliviano aseveró el sábado próximo pasado que Hugo Chávez fue envenenado por el imperio como una inicio de una estrategia de aniquilación dirigida contra todo gobierno anti-neoliberal que preside distintas naciones latinoamericanas.
Entre las frases destacadas vertidas por Evo resuena todavía la siguiente: “el imperio tiene todos los instrumentos para planificar acciones, para derrotar Gobiernos y líderes de movimientos sociales que están contra el capitalismo”, manifestando así que EE.UU. podría estar detrás del fallecimiento del líder venezolano.
A esta denuncia de un mandatario que se encuentra en las trincheras latinoamericanas anti imperialistas, se sumó la opinión del periodista Ramón Jimeno quien aportó las siguientes palabras a este asunto: “Es notoria la intervención estadounidense en todo el mundo y no solo en Latinoamérica, y por eso son tan creíbles las acusaciones de esas posibles intervenciones. La población debe mantenerse alerta frente a la oposición”.
La abogada y escritora Eva Golinger también insistió, a través de declaraciones hechas en distintos medios, en que existen evidencias concretas de que EE.UU. cuenta con la tecnología necesaria para haber podido atentar contra la vida de Chávez.
La abogada y escritora Eva Golinger también insistió, a través de declaraciones hechas en distintos medios, en que existen evidencias concretas de que EE.UU. cuenta con la tecnología necesaria para haber podido atentar contra la vida de Chávez.
Incluso grupos de derechos civiles en EE.UU. presentaron hace unos días una solicitud, amparándose en la Ley de Libertad de Información, demandando datos vinculados con los planes de envenenar o asesinar al líder recientemente fallecido.
Ante todos estos comentarios me puse a buscar datos que aportaran más datos a estar teorías y fue así que me enteré que la agencia AP ( Associated Press) informó en el año 2007, que el ejército de EE.UU. estudió la posibilidad de utilizar venenos radioactivos para asesinar a "personas importantes" de la Guerra Fría, como líderes militares o civiles.
Ante todos estos comentarios me puse a buscar datos que aportaran más datos a estar teorías y fue así que me enteré que la agencia AP ( Associated Press) informó en el año 2007, que el ejército de EE.UU. estudió la posibilidad de utilizar venenos radioactivos para asesinar a "personas importantes" de la Guerra Fría, como líderes militares o civiles.
La información suministraba datos que demostraron que entre sus planes se incluía el de trabajar en la creación de un "arma de ataque subversivo de individuos o grupos pequeños".
Uno de los textos publicados entonces, que databa de 1948, destacaba además que un ataque letal contra una persona utilizando material radiactivo se debería hacer discretamente, es decir, de modo que fuera imposible rastrear la participación del Gobierno de EE.UU. Dicho documento llegó a afirmar que "el origen de la munición, el hecho de que un ataque se ha hecho, y el tipo de ataque no debe ser determinable, si es posible". Y luego se agregaba la siguiente expresión: "la munición debe ser discreta y fácilmente transportable".
Los informes de estos documentos aseguraban también que "esta clase de municiones se proponía para el uso de agentes secretos o unidades subversivas en ataques letales contra grupos pequeños de individuos importantes, por ejemplo durante las reuniones de líderes civiles o militares".
En 1976, el presidente Gerald R. Ford firmó una orden ejecutiva para prohibir explícitamente el asesinato de personalidades extranjeras por parte de agentes del Gobierno de EE.UU. Lo hizo en respuesta a las revelaciones de que la CIA había planeado en la década de 1960 el asesinato del presidente cubano Fidel Castro, incluso por envenenamiento.
Más allá de todo esto, me queda agregarles que estos documentos no aportan pruebas suficientes sobre si EE.UU. realmente usó un arma radiológica para asesinar a individuos de alto rango o incluso si de hecho la llegaron a crear. Sin embargo, los expertos insisten en que EE.UU. podría estar detrás del cáncer que acabó con la vida de Chávez.
Por su parte, el Gobierno venezolano también ha pedido una investigación sobre las circunstancias de la enfermedad de Chávez y específicamente sobre si fue envenenado o deliberadamente expuesto a los elementos causantes del cáncer.
Solamente queda recordar las palabras de denuncia que fueron proclamadas por el propio Chávez en uno de sus discursos inolvidables (año 2011).
También aconsejo observar esta nota periodística que deja en evidencia que son muchos los que sostienen la posible teoría de una conspiración contra todo aquel político que se opone al itinerario político-económico de la élite que domina mafiosamente desde las sombras de la punta de la pirámide del gran ojo reptiliano.
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