Hay fechas históricas aprendidas en la escuela que quedan grabadas en el cerebro como si se tratara de un tatuaje imposible de eliminar de la piel. Una de ellas es el 12 de octubre de 1492, cuando el navegante Cristóbal Colón descubrió América. Lo que difícilmente explican los profesores de Historia es que esa fecha corresponde al imperfecto calendario Juliano y no al Gregoriano, que rige nuestros días desde que lo instituyó el Papa Gregorio XIII en 1582 para sustituir al implantado en tiempos de la Roma republicana de Julio César, de ahí su nombre.
El cambio de calendario no fue un capricho de la curia vaticana. Había un desajuste entre el calendario civil y el año trópico. “El calendario Juliano iba desfasado respecto a la posición de la Tierra alrededor del Sol”, explica el astrofísico Salvador Ribas, director científico del Parc Astronòmic del Montsec. “Ese calendario tenía en cuenta el año de traspaso, ya que cada cuatro años establecía un 23 de febrero bis. Eso hubiera sido correcto si la traslación terrestre fuese de 365,25 días, pero en realidad es de 365,24”.
Por tanto, durante los 16 siglos que funcionó, se produjo “un desajuste de 11 días de más que el Papa Gregorio corrigió suprimiendo diez días en un año de traspaso”. Además, estipuló un nuevo sistema de años bisiestos para evitar que en un futuro se produjeran desajustes de esta magnitud. Así pues, se pasó de golpe del 4 de octubre de 1582 al 15 de octubre de 1582. Ese año, hubo diez días que no existieron porque ya se habían contado durante los 16 siglos anteriores.
El error del calendario Juliano ha dado origen a diferentes curiosidades históricas. Una de ellas es la fecha del descubrimiento de América, como apuntó Xavier Martínez en el último post de su blog de los lectores de La Vanguardia.com.
Así pues, si es verdad que Colón vio tierra el 12 de octubre de 1492 del calendario Juliano, “el cielo que vio, la posición del Sol y de las estrellas, correspondería al 20 o 21 de octubre”, afirma Ribas. “El 12 de octubre actual no corresponde astronómicamente al 12 de octubre de entonces”, corrobora el arqueoastrónomo Juan Antonio Belmonte. “El desajuste del calendario Juliano es de 1 día cada 100 años, por tanto, unos 100 años antes de la reforma, el error estaba en 9 días”, añade Ribas.
“Es una anécdota que hay que tener en cuenta pero que es irrelevante desde el punto de vista histórico”, comenta Belmonte. “Las fechas anteriores a la reforma del calendario se han respetado, sería muy artificioso y costoso cambiarlas”, afirma Josep Padró, catedrático emérito de Historia Antigua de la UB y presidente de la Societat Catalana d’Egiptologia. “Es más, tanto historiadores como astrónomos seguimos usando el calendario Juliano para calcular fechas anteriores a la reforma e incluso lo utilizamos cuando vamos más atrás del 46 a.C, cuando se instauró”.
Más errores curiosos
El cambio del calendario Juliano por el Gregoriano no se produjo de forma homogénea. “Italia, España y Portugal lo aplicaron inmediatamente, pero, por ejemplo, las posesiones españolas en América y Filipinas lo hicieron un año después”, explica Ribas. Es así como la Revolución rusa de Octubre “se realizó en realidad en noviembre porque el país de los zares seguía con el calendario Juliano”, recuerda Padró. O como “Cervantes y Shakespeare nacieron el 23 de abril, pero el primero del año Gregoriano y el segundo, del Juliano; con lo que en realidad el cumpleaños del inglés es el 3 de mayo”, explica Ribas antes de añadir que “Inglaterra todavía no había hecho la reforma porque no obedecía la autoridad del Papa de Roma al ser anglicana”.
Otro error significativo que decidió no corregirse es el de la datación del nacimiento de Jesucristo. Su autor fue el monje Dionisio el Exiguo en el siglo VI. “Él creó el concepto de la era cristiana pero su cronología es errónea, ya que cuando nació Jesús, el rey Herodes ya había muerto”, explica Padró. “Jesucristo nació cuatro o cinco años antes de Jesucristo, pero cambiar esto tampoco tiene sentido, pero sí que se tiene que saber”, añade.
La importancia del calendario
“Los calendarios son convenciones”, sentencia el astrofísico Ribas, pero “cuando no están coordinados con la posición Tierra-Sol se crean problemas”.
Uno de los casos más claros es el del Antiguo Egipto. “Ellos descubrieron que el año tenía 365 días pero no calcularon los bisiestos, con lo que cada cuatro años se desajustaba un día”, explica Padró y “las estaciones se acabaron trasladando”. “El calendario podía anunciar el inicio de la estación de la inundación en medio del periodo de sequía”, apunta Ribas. “Acabaron solucionando el problema mal, creando dos calendarios: el civil y el solar que coincidían cada 1.460 años”, aclara Padró.
La creación del concepto bisiesto vendría muchos años después y su reajuste es solo una solución de hace cuatro días, es decir, 430 años.
Fuente: La Vanguardia
1 comentarios:
En la historia hay tantas cosas que corregir, que es verdad, a los que vivimos en esta era no nos hace problema pero qué dirían los que estuvieron en ese tiempo que se esforzaron, no por ser conocidos sino más bien por marcar una diferencia en la mentalidad de su época. Por ejemplo, en la Historia de la República Oriental del Uruguay se da como declaración de la independencia el día 25 de agosto pero esa fecha es errada porque data del año 1823, cuando en realidad se nos adjudicó la independencia, muy gracioso, por Argentinos, Brasileros e Ingleses-ningún oriental- en la Convención Preliminar de Paz de 1828, día exacto del tratado 4 de setiembre. O también, hacer referencia a que el país que menciono no tiene nombre propio ya que su nombre significa " la república que está al oriente del Río Uruguay". La educación en Uruguay, sobre todo la historia no es oficial sino que se le llama "historia revisionista" esto significa que los uruguayos hemos sido educados conscientes de que nuestra historia no está toda dicha y es lo que permite que un estudiante sea capaz de juzgar la historia a partir de al menos tres historiadores. Difícil pero creo que no se engaña tanto como las historias oficiales de otros países que tienen de héroes a personas que fueron antihéroes. Muy interesante! Gracias por la info.
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