Si quieres que tus hijos crezcan convirtiéndose en adultos responsables con sus recursos económicos, es esencial que, desde la más temprana edad, los ayudes a construir habilidades sólidas con respecto al manejo del dinero.
Es de vital importancia que los niños empiecen lo más temprano a aprender sobre educación financiera. Esto, porque la capacidad que esos hábitos se adquieran para siempre, es mayor a que si se aprenden a una edad más tardía.
¿Pero qué significa temprano? Para algunos autores lo ideal es partir de los 3 años con los conceptos más sencillos. Otros piensan que esperar a los 5 años podría ser una buena idea, dejando a los niños ser niños.
Lo primero: háblales de dinero.
En muchos hogares, el dinero es un tema apenas ocasional y casi nunca un tema de conversación familiar.
Pues no es necesario que les detalles tus finanzas a tus hijos, pero si intentarás transmitir les mensajes que los conduzca a la valoración de la mayordomía. Dichos diálogos procurarán temas como la importancia de ahorrar, de pensar en el futuro, de discutir los méritos necesarios antes de comprar algo, de pensar en el valor de lo que uno compra, de donar si es posible, de invertir, etc. La idea fundamental será transmitir a los hijos principios referidos al dinero exponiéndolos así a la toma de buenas decisiones financieras.
Niños pequeños y en escuela primaria.
Anima a tus hijos a ahorrar para ciertas cosas utilizando técnicas como un sobre o un frasco donde puedan empezar a ahorrar. Puedes incluso poner una foto de su objetivo (como el juguete que quieren) para que puedan visualizar para qué están haciendo eso y que les sirva de motivación.
Asegúrate de que sea un proceso asequible en algunas semanas. Para los más pequeños, no tiene sentido tenerlos ahorrando por meses para un juguete.
Niños un poquito más grandes pueden tener metas más grandes y que requieran más tiempo porque ya merecen una mesada un poco mayor.
La idea es que ellos sientan desde un principio el entusiasmo de ganar dinero y de ver los beneficios del ahorro.
Pre-adolescentes.
Ellos están en edad de aprender lo básico sobre inversión y el poder del interés compuesto, y sobre los aspectos negativos de las deudas.
Si tu hijo/a quiere algo y no tiene el dinero para comprarlo, si es posible, podrías prestarle dinero pero con intereses mínimos. De pronto puede funcionar como un adelanto de, por ejemplo, tres semanas de su mesada, la cual deberá devolver y que seguramente le tomará un par de semanas más hasta cancelar su deuda, porque deberá ahorrar sus próximas mesadas para hacerlo.
Además pueden acordar una cláusula que diga que no debe comprar nada más hasta que haya cancelado enteramente su deuda. Puede ser una lección dura, pero seguramente no le quedarán muchas ganas de volver a pedir prestado.
Puedes también hablarle sobre las prioridades y cómo elegir en qué gastar de acuerdo a lo que es más importante. Anímalos a no gastar en cosas que no consideran importantes y recuérdales que si lo hacen, les tomará más tiempo ahorrar lo suficiente para comprar lo que realmente quieren.
Adolescentes
Puedes profundizar las lecciones sobre inversiones y sobre la importancia de planificar al largo plazo. Si quiere tener un trabajito de medio tiempo, puedes ir juntos a abrir una cuenta donde el pueda empezar a guardar sus ahorros, además de ayudarlo a elaborar su presupuesto y hacer un seguimiento de sus gastos.
Recuerda que los hijos observan y absorben mucho más de los padres de lo que crees. Si tus hábitos con el dinero son buenos, es decir, si procuras ahorrar, si evitas endeudarte, si llevas un control sobre tus finanzas, etc., lo más probable es que ellos imitarán esos hábitos.
Y tú, ¿cómo les inculcas buenas valores financieros a tus hijos?
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