Mendoza, 28 de diciembre del 2009
Estuve en el día de ayer recorriendo distintos diarios de mi país y el mundo, y me he asombrado al ver cómo crece la necedad humana en las naciones. Y entre tantas noticias me detuve en el contenido del titular que más abajo comparto y llegaron a mi mente estas palabras que desde mi espíritu les comparto.
Según el diccionario de la Real Academia Española, la palabra secuestrar significa:
o Retener indebidamente a una persona para exigir dinero por su rescate, o para otros fines.
o Tomar por las armas el mando de un vehículo ya sea un avión, un barco, etc. reteniendo a la tripulación y pasaje, a fin de exigir como rescate una suma de dinero o la concesión de ciertas reivindicaciones.
o Depositar judicial o gubernativamente una alhaja en poder de un tercero hasta que se decida a quien pertenece.
o Embargar judicialmente.
o Impedir, por orden judicial, la distribución y venta de una publicación.
Luego de considerar estos conceptos, reflexiono y cuestiono: ¿el cardenal Bergoglio está dando a entender que la Iglesia del Señor ha sido estafada por el sistema en lo que a la Fiesta de Navidad respecta? ¿O no será que es la supuesta “iglesia de Cristo” la que hace siglos atrás le secuestró dicha Fiesta al sistema babilónico con el fin supuesto de redimir una costumbre pagana que corrompía la moral de los nuevos súbditos adquiridos? (Sugiero investigar el origen histórico de esta fiesta).
Vuelvo a preguntar: ¿No está el sistema patrocinador de la cristiandad (Babilonia La Grande) exigiendo la concesión de ciertas reivindicaciones del espíritu inicuo que se le secuestró el día que el obispo de Roma decretó que esta fiesta pagana pertenecía a la fe de Cristo? Y la respuesta fluye en mi interio como río. Toda injuria debe ser en su momento pagada. La “alhaja” que esta fiesta es y que Roma le secuestró a Babel está siendo devuelta a su verdadero dueño el “sistema inicuo de cosas” que fuera fundado por Nimrod en contra de la Nueva Humanidad que Dios estaba formando después del Diluvio.
El embargo judicial llegó a su justa sentencia: Navidad es una fiesta que tiene la presencia de del popularmente invocado “espíritu navideño” (¿un espíritu satánico?) quien todo occidente admite como el verdadero dueño de esta festividad. Este "espíritu" logró que la generación postmoderna capte el objetivo primordial de su fiesta: “que prime el sentido comercial de esta fecha por sobre el religioso” como en sus mismas palabras lo expresó el obispo católico argentino. ¡No hay duda pues que la Navidad le ha sido restituida a su original dueño!
Por otra parte, la advertencia que el cardenal Bergoglio realizó sobre “la tentación” de los argentinos de “caer en la idolatría de los ídolos que no pueden prometer absolutamente nada” fue muy correcta pero debe ser llevada a un campo más amplio que la del contexto al que él se refiere (político kirchnerista). Entonces yo agrego a estas palabras la siguiente reflexión: que los argentinos, y latinoamérica junto a ellos, ya cayeron en la tentación de la idolatría de ídolos que no prometen absolutamente nada (ya que no pueden hacerlo debido a la sustancia que los compone: piedra, yeso o madera). Estos ídolos tienen caídas bajo condenación desde hace más de cinco siglos a todas y cada una de las naciones que componen este territorio dominado por el catolicismo.
Esta idolatría pagana es la que nos ha llevado como región a ser considerados países del tercer mundo o pobres. Por esta razón hemos sido condenados a pedir limosna a las naciones imperialistas del norte. Esto de pedir limosna nos viene justamente por la costumbre de ver al “dios limosnero” hacerlo en cada misa. Esta “idolatría de ídolos” de cinco siglos llevó a cada latinoamericano (y por ende cada argentino) a elegir dirigentes políticos y económicos de acuerdo con el espíritu babilónico que dichos ídolos inspiran según lo denuncian las mismas Sagradas Escrituras.
Uno de los ídolos que más ha prometido y nada ha cumplido ha sido la fiesta de Navidad misma. En ella, y por siglos, se prodigó amor y paz para todos, viendo luego, en cada año, el incumplimiento de las mismas. La decepción provocada por esta idolatría de un falso cumpleaños de Jesús, llevó a las actuales generaciones a escuchar al “espíritu navideño” que los exhorta a vivir el presente sentido de estas fiestas: un consumismo voraz, que produce una vaciedad atroz. Por lo tanto, a las palabras expresadas por Bergoglio: “Parece que la Navidad es correr detrás de las lucecitas, colmar los shopping abiertos hasta las 4 de la mañana, todos apurados, y con la cabeza en mil cosas. Después, cuando reposamos un poco, ya se nos pasó”, yo digo: "¡sí, tal cual, así es!, ¡pues este es el objetivo propio del ídolo llamado Navidad!"
Sin embargo, noto el siguiente agregado en las ideas vertidas por el obispo argentino al referirse al sentido de la Navidad y decir que es “la luz de Dios en medio de las tinieblas” y, ante “el secuestro” de la Navidad”, consideró que “hay que rescatarla. Rescatarla abriendo el corazón a la luz” a través de la señal: “Un niño, que nos marca la ternura de Dios”. Entonces, leyendo y reconsiderando todas las expresiones, y particularmente la última, me permito pensar en alto y escribir: ¡cuánta cursilería (necedad) barata nos ha manejado los rumbos personales, nacionales y continentales en los siglos de existencia que tenemos! Realmente los supuestos pensamientos elevados de los líderes religiosos nos llevaron a ver un Dios envuelto en pañales que despierta ternura por el sólo hecho de verse indefenso e incapaz de realizar algo a favor de sí mismo y de los hombres.
Es que en verdad, el Verbo que se hizo carne a través de la concepción del Padre, por obra del Espíritu Santo en la virginidad de María, no es el “bebé ídolo” que nos vendieron en los pesebres armados para esta fecha en cualquier antro religioso. El Verbo que se hizo carne fue envuelto en pañales para identificarse con la naturaleza humana y no revelar la esencia divina. Ese Verbo gustó hacerse llamar el Hijo del Hombre a fin de dejar bien claro que él era el primogénito entre muchos hermanos que vendrían después de Él, gracias a su obra redentora en el Calvario.
Hoy ese Verbo exaltado como Jesucristo el Señor, está llamando a sus hermanos, los escogidos de Abba (Papi), a salir de todo el cautiverio babilónico. Por esta razón él mismo ha hecho justicia con una fiesta que nada tiene que ver con su vida y Evangelio.
Hoy la distribución y venta de este festival de la carne está de nuevo en poder de su verdadero dueño, Satanás el diablo, la Serpiente Antigua, y esto está provocando que los hijos de Dios se revelen contra ella dejando de festejarla a fin de guardar sus vidas de la condenación eterna.
Por último rescato la cita profética que el líder religioso hizo “¿Acaso una madre se puede olvidar del hijo que lleva en sus entrañas? Aunque una madre se olvidara, yo no me voy a olvidar de ti” (Isaías 49:15). Es evidente que el Eterno Dios sí cumple con lo que promete. Él no se ha olvidado de sus hijos, por eso ha enviado a uno de sus ángeles a tocar trompeta a fin de que sus escogidos salgan del exilio babilónico que desde Constantino nos tenía sometidos a pensamientos griegos y lineamientos romanos. Al salir sus hijos de ese exilio y regresar a Sión, la fiesta de Navidad ha sido restituida a su antiguo y original dueño, el Dragón, quien no hará otra cosa que lo que ha estado haciendo siempre: llevar a los hombres a las obras de la carne que es para lo que esta fiesta fue diseñada desde el nacimiento de Tamuz, hijo de Nimrod.
¡El Señor tiene presente en sus pensamientos a sus hijos! ¡Por eso es que está próximo a su Parusía y no a su Epifanía!
Con Amor en Cristo
P.A. NesHer
Aquí comparto el artículo del diario perfil:
http://www.perfil.com/contenidos/2009/12/25/noticia_0014.html
Críticas de Bergoglio: "Nos han secuestrado la Navidad"
El cardenal cuestionó el sentido comercial de las Fiestas y también arremetió contra el matrimonio homosexual y el aborto.
"Nos han secuestrado la Navidad”, dijo el primado, utilizando la misma palabra que tantas críticas le significaron a la Presidenta, tras su acuerdo con la AFA para la televisación del fútbol, al afirmar "No quiero que se secuestren más los goles". “Parece que la Navidad es correr detrás de las lucecitas, colmar los shopping abiertos hasta las 4 de la mañana, todos apurados, y con la cabeza en mil cosas. Después, cuando reposamos un poco, ya se nos pasó”, graficó. El primado recordó que el sentido de la Navidad es “la luz de Dios en medio de las tinieblas” y, ante “el secuestro” de la Navidad, consideró que “hay que rescatarla. Rescatarla abriendo el corazón a la luz” a través de la señal: “Un niño, que nos marca la ternura de Dios”.
Además, adviertió sobre la " tentación de caer en la idolatría". “El pueblo siempre tuvo la tentación de caer en idolatría. La historia no cambia, hoy nos pasa lo mismo. Tenemos oscuridades en el corazón, oscuridades en la familia, en la ciudad, en el país, en el mundo. Oscuridades existenciales que las queremos solucionar con más oscuridades”, aseveró el primado argentino durante la tradicional misa de gallo en la catedral metropolitana, que se realiza tras la cena de Noche Buena.
El purpurado exhortó a los argentinos a no dejarse “engañar por los ídolos que no nos pueden prometer absolutamente nada”, ni tampoco por “luces que no son verdaderas. Por farolitos de artificio, o por grandes fuegos artificiales que iluminan un minuto y después se van”. Por el contrario, el arzobispo propuso dejarse iluminar por la luz “mansa” de Dios, que “ilumina con mansedumbre y con paciencia”, pese a que “nuestro corazón rebelde prefiere la lucecita del momento propia de un ídolo, a la gran luz del Hijo que se manifiesta”.
En tanto, Bergoglio apeló a su habitual estilo encriptado para reiterar preocupación por el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo. “Acaso una madre se puede olvidar del hijo que lleva en sus entrañas. Aunque una madre se olvidará, yo no me voy a olvidar de vos”, dijo citando al profeta Isaías. Y se refirió al matrimonio homosexual al señalar que “las oscuridades de la familia pretenden solucionarse con más oscuridades”, y al pedir a los argentinos que “se dejen querer por el amor tierno, tan de madre y de padre con el cual Dios se manifiesta”.
Fuente: DyN
Otra fuente: DIARIO CLARÍN
http://www.clarin.com/diario/2009/12/25/um/m-02107657.htm
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