Mientras disertaba en Conferencias Matrimoniales junto a mi esposa Laura en Chicago, Illinois, se acercaron a muchos matrimonios a consultarme acerca de cuál era la clave que conducía a nuestra pareja a mostrarse en público tan llena de amor.
Analizando mi experiencia matrimonial me animé a responderle con cinco consejos que a continuación les comparto y que anhelo puedan llevar a lo cotidiano de sus parejas.
1. Protege a tu Mujer / Respeta a tu Marido.
Todo esposo debe mantenerse consciente del hecho que la principal necesidad emocional de la mujer es sentirse protegida. Esa es
la responsabilidad numero uno del marido. Eso
significa hacerla sentir amada y apreciada en todo momento. En el diseño divino, ella es tu
prioridad numero uno (1 Pedro 3:7; Efesios 5:25-28,Colosenses 3:19).
Por otro lado, diré que la principal necesidad emocional del hombre es
sentirse respetado por su mujer (Efesios 5:22-24). Cuando él llega a casa, quiere sentir que por
lo menos hay una persona en el mundo que lo considera importante. Eso significa
colgar el teléfono apenas él entre por la puerta principal.
¿Significa eso que la esposa debe hacer todo lo que el marido quiera? ¡No! El matrimonio requiere sumisión por parte de los dos. Está en la Biblia, Efesios 5:21, "Someteos unos a otros en el temor de Dios".
2. Relacionarse como buenos amigos.
En nuestro ministerio, una de las siete bendiciones que reciben el novio y la novia debajo del
palio nupcial es que se conviertan en "amados amigos" (o también en "hermanos gemelos").
La clave de la amistad es que cada persona valora y respeta las necesidades y
los sentimientos del otro. Valorar significa: lo que es importante para ti, es
importante para mí. Esta es la clave para que tu pareja se sienta amada toda la vida.
3. Recuerden las 4 palabras poderosas: Escuchar, Comprometerse, Reparar y
Agradecer.
"Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo".
(Efesios 4:26)
Teniendo en cuenta este lineamiento del Eterno, junto a Laura, mi esposa, hemos acordado una regla básica al comienzo del matrimonio: No importa cuan enojados estemos, nunca nos atacamos verbalmente.
Pelear con insultos sólo agrava la situación y deteriora la relación. En vez de
pelear, implementen las cuatro palabras poderosas:
-Escuchar: Es esencial para trabajar juntos y resolver los problemas. Deja
que tu pareja hable sin interrupción y luego repite lo que acaba de decir. De
esta manera tu pareja se sentirá escuchada.
-Comprometerse: Esfuércense por resolver los problemas de manera que los dos
estén felices con la solución. Ninguno de los dos debe sentirse presionado a
aceptar el punto de vista del otro. En una pareja ninguno debe procurar tener la razón, sino más bien, los dos deben dialogar a fin de terminar sujetos a la Verdad.
-Reparar: Cuando se lastimen emocionalmente, reparen la brecha y remuevan
todos los sentimientos de enojo y resentimiento. Busquen el 100% de la
reconciliación. Un pequeño resentimiento que se repite varias veces puede crear
un muro de rencor.
-Agradecer: Decirle gracias a tu pareja nunca está de más. Date cuenta todas
las cosas que tu pareja hace por ti y agradéceselo con sinceridad.
4. Establecer límites fuertes.
Recuerda siempre que tu pareja es tu prioridad numero uno, no tus padres, amigos, familiares,
hijos, trabajos o pasatiempos. Establece límites fuertes que demuestren que
valoras tu matrimonio, y no permitas que nadie ni nada debilite tu relación con
tu pareja.
Eso significa satisfacer las necesidades de tu pareja antes que las de tus
padres (Mateo 19:5-6), llegar temprano a casa para pasar un buen momento juntos, y dejar libre
una o dos noches por semana para tener citas románticas.
5. Darse placer uno al otro diariamente.
El matrimonio se trata de hacer sentir bien a tu pareja y de esforzarte por
darle placer diariamente – de acuerdo a sus términos. Si ella dice que le
gustan las lilas, no le traigas rosas por que tú crees que son más románticas.
Descubre que cosas necesita tu pareja – afecto físico, palabras de aliento,
regalos, ayuda (ayuda en las tareas del hogar, haciendo diligencias), pasar
buenos momentos juntos, etcétera – y acostúmbrate a darle esto diariamente.
Te aseguro que si practicas estos consejos, vas a disfrutar dando, más que recibiendo (Hechos 20:35).
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