jueves, 24 de abril de 2014

El sol se convertirá en un anillo de fuego en la luna nueva de Iyar.

"El sol se tornará en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Yahvéh" 
(Joel 2:31)

La próxima luna nueva será un día con marca profética. Y es que el cosmos nos volverá regalar un bello espectáculo este marte 29 de abril con la aparición en los cielos de un "anillo de fuego" gracias a un eclipse anular de Sol.

Este tipo de fenómeno conocido como eclipse "anular" tendrá lugar porque la Luna estará cerca de su mayor distancia de la Tierra, con lo cual se hará demasiado pequeña para cubrir el Sol completamente. Como resultado, se producirá un efecto de una especie de aro de fuego alrededor de la silueta de la Luna.

Sin embargo, el fenómeno no se verá desde todo el mundo. De hecho, el único lugar desde el cual será visible en todo su esplendor será una pequeña zona deshabitada en la Antártida llamada Tierra de Wilkes. En algunas otras partes del mundo, por ejemplo en Indonesia y toda Australia, se podrán observar las fases parciales del eclipse, siendo los mejores lugares para ello Tasmania y la parte norte de la isla australiana.

Debido a que el Sol no estará en ningún momento totalmente cubierto por la Luna, el eclipse puede ser dañino para los ojos, con lo que se recomienda utilizar un cristal con filtro adecuado, escribe el medio.

Más allá de toda explicación astronómica, es muy importante darnos cuentas que para nosotros los escogidos los fenómenos de los que estamos siendo testigos son evidencias de las señales celestiales que tanto nuestro Mesías, como sus santos apóstoles nos pautaron como marcas escatológicas de Su Parusía.

Las señales son claras, el sol se oscurecerá y la luna no dará su resplandor, dijo Isaías; el sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre dijo Joel; El sol se oscurecerá y la luna no dará su resplandor Dijo Yahshúa mismo; y el sol, se puso negro y la luna toda como sangre es lo que vio Juan, y que escribió en el Apocalipsis. Es la misma imagen en todos los relatos, fácil identificar: eclipses con incidencia en el plano profético. 

El Eterno Dios tiene a los tiempos actuales de la Tierra en sujeción a Sus pautas proféticas. Todo lo anunciado en Su Palabra está viniendo al cumplimiento perfecto de Su buena voluntad para con los hombres. 

Mientras la Gran Ramera entronará en los lugares celestiales a una nueva potestad de tinieblas, canonizando a un hombre pecador y apóstata, el Trono de Yahvéh marcará los cielos con esta señal que apunta a señalar que la Alianza mesiánica que Él ha hecho con los hombres no podrá ser pisoteada por los herederos de los protocolos de Nimrod. El Señor movilizará desde esta luna nueva de Iyar a todos sus ejércitos a fin de traer eventos naturales sobre Europa y Asia que causarán el terror de sus habitantes. Todo lo que ofende al Eterno no podrá continuar en su dinámica. 

¡El Señor viene pronto!


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