lunes, 24 de febrero de 2014

Alejandro atrapado por la duda en un Centro Comercial de Dubai


Encontré en el muro de facebook de un conocido apóstol guatemalteco el mensaje que a continuación transcribo:

"Conté miles de personas en aquel centro comercial, es el más grande del mundo.
Algunas mujeres completamente vestidas de negro, sólo sus ojos dejan al descubierto.
Los hombres en cambio con túnicas largas y turbantes rojos y blancos sobre sus cabezas, todos con barbas finamente rasuradas.
Eran la 6 de la tarde y sonó en toda la ciudad una oración cantada.
Mucha gente del lugar se dirigió a "las salas de oración" ubicadas dentro del mismo comercial. ¡Imagínate!

Alejandro y su turbante musulmán
Son cuartos grandes en donde no podés entrar con tus zapatos puestos. Totalmente alfombrados y toda la gente ora en una misma dirección.
Me impactó mucho que un niño entró de la mano con su papá, suspendieron sus compras y juntos rezaban de la misma forma. 

En éste país oran tres veces diarias colectivamente, sin falta.
Siendo honesto, cuando todos rezan se siente algo en el ambiente y cambia la atmósfera, completamente.
Son millones diciendo la misma cosa...
¿Será por ésto una de las naciones más ricas del mundo?

¿Estás orando?

¡Te mando un abrazo desde Burj Kalifha en Dubai!"


Estas líneas, surgidas del pensamiento de uno que se aduce reformador, condujeron a que mi entendimiento titilara tal cual lo hace con su luz amarilla el semáforo que señala peligro en el cruce de dos caminos. ¡Y el llamado de atención al peligro resultó ser así! Aquellas palabras del tal Alejandro G. marcaron con la duda a muchos de sus seguidores, amigos y socios del club de fans que por todas partes lo sigue. Y así, el camino de la Verdad fue atravesado por un camino falaz que puso en peligro la fe heredada de nuestros padres.

La idea expresada en dicho mensaje causó, desde la duda,  la típica pregunta que surge dese esta errada forma de pensar: 

¿Es la oración de los musulmanes tan eficaz como la que hacen los escogidos al Eterno Dios en el Nombre bendito del mesías Jesús?... Cuestionamiento que inmediatamente hace aparecer el interrogante: ¿Es Alá (nombre que dan los musulmanes a su único dios) aplicable y/o equivalente de YHVH (nombre del Eterno Dios revelado a Moisés)?

Y ante toda esta situación, no pude evitar el fuego de su llamado. Confieso que traté de sufrirlo, intentando nada comentar ni decir al respecto, pero no pude (Jer. 27:7-11). Su fuego fue más fuerte que mi voluntad, y aquí me tienen, siendo enviado a Uds. desde esta bitácora, a fin de que no se dejen confundir por expresiones de hombres que, por amar más las riquezas, se han extraviado en las frivolidades de sus pensamientos. 

Por eso, me parece muy conveniente empezar contando que, antes que Mahoma unificara a las tribus árabes por medio de la religión islámica, existía entre ellas distintos tipos de creencias y cultos a divinidades que contribuían a ampliar la brecha que las separaba. Uno de estos muchos dioses era el tal Alá.

Según el diccionario Webster, la palabra Alá es una palabra compuesta por la palabra árabe al-ilah, que significa "el dios". Investigando un poco más encontraremos que el nombre del dios Alá puede hallarse en escrituras preislámicas y en otros artefactos arqueológicos señalando a una divinidad lunar llamada Allah-Taala.

En base a esto, es interesante aportar que las luchas tribales eran continuas en la Arabia preislámica, excepto en la Meca, donde cualquier lucha que no se desarrollara tras un radio de 30 kilómetros era proscrita. Esto era debido al gran respeto que sentían hacia la Kaaba, el panteón árabe. En este santuario la gente, antes de Mahoma, adoraba cientos de dioses, pero en verdad este lugar sagrado había sido construido para honrar a la deidad principal, Allah-Taala el dios luna, el supremo guardador del orden moral. Este espíritu ya era representado, en aquel entonces, con el símbolo de la luna creciente. Haciendo un descanso en el relato, necesito hacerles notar que aquí la luna es adorada como varón, tal y como Abraham la adoró cuando la astrología de Ur de los caldeos era la creencia que pautaba su destino (Josué 24:2) y aún no había conocido en forma personal a YHVH el Dios Verdadero.

Por último, podemos agregar que de acuerdo a esta religión preislámica, Allah-Taala estaba casado con la diosa sol. De esta relación celestial nacieron tres hijas: Al-lat, Al-uzz y Manat.

Como podemos ver el nombre de la deidad "Allah" ya era conocido antes del Islam. De hecho, el nombre del padre de Mahoma era "Abd-Allah" ("siervo de Allah") ya que era costumbre nombrar a los hijos con un nombre sujeto al nombre de Allah y esto es hasta hoy día en los países árabes islámicos. 

Habiendo compartido esta cosmovisión preislámica que explica el origen espiritual de la religión que Mahoma fundó, me parece importante retomar los interrogantes planteados al inicio de esta bitácora:

¿Allah es YHVH? No, Allah no es YHVH. Sé que esto puede ser una sorpresa para muchos cristianos que pensaban erróneamente, al igual que aquel varón de Guatemala, que Allah era simplemente otro nombre para el Dios que se revela en las Escrituras bíblicas. Esto se debe a que Mohama, inteligentemente, dijo que Allah era el Dios de los judíos y de los cristianos. 

Por todo esto veo conveniente aclararle a este guatemalteco y a la troupe de admiradores que toman todas y cada una de sus palabras como inefables e inerrantes, que lo que él experimentó no fue un éxtasis místico sino más bien un remordimiento interior. No fue el poder de la oración de aquellos incontables musulmanes, sino el dolor interior que causa la voz de su consciencia a causa de no estar en dónde el Eterno Abba necesita estar.

Al igual que el rey David se quedó en su palacio en el tiempo que los reyes salían a la guerra y fue seducido por el cuerpo desnudo de una mujer. Alejandro se vio confrontado por una disciplina por él olvidada y se sintió seducido a describirla desde una errada valoración. Desde esta falacia Alejandro se vio impulsado a preguntar: ¿Será por ésto una de las naciones más ricas del mundo? ... cuando la respuesta es más sencilla y evidente de lo que él puede haber imaginado. Las naciones árabes no son las más ricas del mundo por la atmósfera que producen con la oración, sino por los petrodólares que producen con la perforación (yacimientos petroleros por si alguien no entendió).

¡En fin, falacias con las que día a día debemos estar listos para batallar!

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