domingo, 26 de octubre de 2014

La Fiesta de Cumpleaños y su Historia astrológica




¿Te has preguntado por qué en un cumpleaños hay un bizcocho redondo al que llaman torta y está adornada con velitas?, ¿De dónde salieron los globos? y ¿Por qué se pide un deseo al soplar?

La celebración del cumpleaños es un ritual pagano de "protección astrológica" con más de 3.500 años de antigüedad. Sumerios, egipcios, babilonios, persas, griegos, romanos, etc. la practicaban como parte de sus ritos de fertilidad, basados en sus fiestas de fertilidad.


Los primeros registros históricos de festejos de cumpleaños nos remontan a Egipto en el 3.000 a.C. donde solamente eran celebrados los cumpleaños de los niños varones y hombres pertenecientes a la realeza.  La Encyclopedia of Religion and Ethics, de Hastings, comienza su artículo sobre los cumpleaños diciendo: “La costumbre de conmemorar el día del nacimiento está relacionada, en la forma, con el cálculo del tiempo, y, en el fondo, con ciertos principios religiosos primitivos”. En tiempos antiguos era importante llevar registro de los nacimientos, principalmente debido a que la fecha del nacimiento era esencial para formular el horóscopo.

Más adelante, esa enciclopedia cita al egiptólogo sir J. Gardner Wilkinson, que escribió: “Todos los egipcios concedían mucha importancia al día, y hasta la hora, de su nacimiento; además, es probable que, al igual que en Persia, todo el mundo observara su natalicio con grandes celebraciones, en las que se recibía a los amigos con todas las diversiones de la sociedad y con una abundancia poco habitual de manjares”.

Los faraones ordenaban que los negocios cerraran en sus cumpleaños y daban enormes fiestas para cientos de sirvientes.


Los egipcios eran capaces de calcular los años gracias al profundo estudio y comprensión de los ciclos lunares. Las fiestas de cumpleaños se desconocían entre las clases bajas, y entre todas las mujeres, excepto la reina. De dos fiestas de cumpleaños de mujeres tenemos constancia histórica. Cleopatra II, que se casó con su hermano Tolomeo y tuvo un hijo de él, recibió de su marido un macabro regalo de cumpleaños: los restos de su hijo asesinado y descuartizado. Plutarco nos relata cómo Cleopatra IV, organizó una fastuosa fiesta de cumpleaños para su amante Marco Antonio, en la que incluso los invitados quedaron colmados de regalos. 

Tomando la tradición egipcia, los griegos comenzaron también a festejar los cumpleaños de los cabeza de familia basándose en las mismas fases lunares.  Los griegos creían que toda persona tenía un espíritu protector, daemon, que estaba presente el día de su nacimiento y que cuidaba de ella durante toda su vida. Este espíritu tenía una relación mística con el dios que regia el día de su nacimiento. Esta idea fue transmitida al campo de las creencias tradicionales modernas y se refleja en la creencia del ángel custodio, el hada madrina y el santo patrón

Las fiestas de cumpleaños de las deidades griegas se celebraban con carácter mensual, por lo que cada dios era festejado con doce fiestas de cumpleaños al año. Los griegos denominaban a estos festejos dedicados a los varones vivos Genetblia, y a las celebraciones anuales dedicadas a los varones fallecidos Genesia. Las fiestas de cumpleaños de las mujeres y de los niños se consideraban indignas de celebrarse, solo se celebraba la fiesta del cabeza de familia con un banquete. 

Los griegos festejaban el nacimiento de los dioses y de hombres eminentes. A estas celebraciones se las denominaba con la palabra griega genéthlia, mientras que genésia significaba la celebración conmemorativa del nacimiento de un personaje importante fallecido. En el libro deuterocanónico (apócrifo) 2 de Macabeos (cap. 6: vers. 7 ) encontramos una referencia a la genéthlia de Antíoco IV, durante la cual se obligaba a los judíos a ‘participar en los sacrificios’. Cuando Herodes celebró su cumpleaños, estaba siguiendo una costumbre helenística; no hay prueba de que en Israel se celebraran cumpleaños.

En estos festejos, los griegos preparaban un pastel de harina y miel de forma redonda como ofrenda a Artemisa (diosa griega de la Luna) sobre el cuál colocaban velas para representar la luz del astro. Es importante señalar que lo griegos tomaban muy enserio la preparación de la torta y creían que mientras más elaborada fuese, más valorada sería por la diosa. Al hacer la ofrenda el agasajado podía pedirle un deseo a Artemisa, quien le dejaba saber si este sería o no concedido apagando las velas a través del soplo de una brisa de aire. Colocar las velas en círculo se hacía para proteger de malos espíritus por un año.

Los griegos también añadieron la importancia mágica de los saludos de cumpleaños, ya que sus creencias aseguran que tienen poder para bien o para mal porque en este día uno está más cerca del mundo de los espíritus.

La creencia de esta tradición es que las velas de cumpleaños están dotadas de una magia especial para conceder los deseos. Así que, las velas de cumpleaños rinden honra y tributo a la criatura que celebra su cumpleaños y le traen buena suerte de parte de los dioses protectores que le han sido asignados.

Los romanos asimilaron esta idea, e instauraron la costumbre de considerar el cumpleaños de los personajes más importantes como festividades nacionales. Posteriormente fue una práctica común de los Emperadores y las élites masculina y femenina. 

Por causa de estas connotaciones espirituales esotéricas, el rito fue censurado por las primeras comunidades mesiánicas, y más tarde por el cristianismo, por considerarlo una práctica pagana que se oponía al propósito eterno de Dios. El historiador Augusto Neander escribe: “La noción de una fiesta de cumpleaños estaba lejos de las ideas de los cristianos de este período”. (The History of the Christian Religion and Church, During the Three First Centuries, traducción de H. J. Rose, 1848, pág. 190.) “Orígenes [comentarista de la Biblia del siglo III E.C.] [...] insiste en que ‘no se relata que ninguna de las personas santas mencionadas en las Escrituras haya celebrado una fiesta o hecho un gran banquete en su cumpleaños. Son solo los pecadores (como Faraón y Herodes) quienes hacen grandes festividades el día en que nacieron en este mundo’.” (The Catholic Encyclopedia, 1913, vol. 10, pág. 709.)

En el año 245 de nuestra era común (E.C.), se trató de fijar la fecha exacta del nacimiento de Cristo. Ante toda una serie de cálculos y discusiones al respecto, el Emperador Aureliano ordenó que se celebrase el cumpleaños del Salvador el 6 de enero. Pero fue en el siglo IV bajo el mandato del Papa Julius I cuando la Iglesia celebró el nacimiento de Cristo, "Natalis Solis Invicti", el 25 de diciembre (el día del nacimiento de Tamuz, el dios sol) dando origen a la actual Navidad. Esta festividad dio lugar a que muchos fieles de Roma, especialmente de la nobleza, justificaran el regreso de las celebraciones cumpleañeras en la vida de los creyentes que sostenían con sus contribuciones económicas la estructura eclesiástica imperante.


Más tarde, en el siglo XII, todas las parroquias católicas de Europa comenzaron a llevar un registro con la fecha de nacimiento de todos sus feligreses.   De este modo fue diluyéndose el significado primario del acto y su práctica comenzó a asociarse a la esperanza de ver cumplido un sueño o deseo. Así el pontífice de Roma dio su beneplácito a la tradicional práctica de celebrar el nacimiento de cada cristiano.

Cabe señalar que, siguiendo este sustrato espiritual, el día más importante en el satanismo es el cumpleaños de cada persona. ¿Por qué? Porque se afirma que, ese día, todo ser humano puede verse a sí mismo como un dios si así lo desea. Por consiguiente, dicen que celebrar el nacimiento de uno equivale a festejar el nacimiento de una divinidad. Como es obvio, la mayoría de la gente no comparte esa actitud tan extremista y egocéntrica. Pero hay que reconocer que “mientras otras fiestas elevan el espíritu, los cumpleaños elevan el ego” (The Lore of Birthdays).

Así que la próxima vez que festejes tu cumpleaños ccuenta esta historia y no hagas trampa, pedí sólo un deseo y deja que Artemisa apague las velitas.

Cómo son los cumpleaños bíblicos.

Antes que nada conviene decir que la Cyclopædia de M’Clintock y Strong (1882, vol. 1, pág. 817) dice que los judíos “consideraban las celebraciones de cumpleaños como parte de la adoración idolátrica [...], probablemente debido a los ritos idolátricos que se observaban en ellas en honor del que era tenido por dios patrón del día en que nacía el homenajeado”.


Ante esto diré que curiosamente (o intencionalmente) la Biblia también habla de dos fiestas de cumpleaños. 

Las dos fiestas se celebraron en honor de hombres que no servían a Yahvéh, por lo tanto no se sujetaban a Su Torah (Instrucción). Una fue la fiesta de cumpleaños del rey Herodes Antipas, que gobernaba el distrito de Galilea cuando Jesús vivía allí.


El rey Herodes hizo muchas cosas malas. Incluso le quitó la esposa a su propio hermano. El nombre de ella era Herodías. El profeta Juan el Bautista le dijo a Herodes que estaba mal lo que hacía. A Herodes no le gustó que se lo dijera, así que encarceló a Juan (Lucas 3:19, 20).

Mientras Juan estaba en la cárcel, llegó el día del cumpleaños de Herodes. Este dio una gran fiesta, con muchos invitados importantes. Todos comían, bebían y se divertían. Entonces entró la hija de Herodías y bailó para ellos. A todos les gustó tanto el baile que el rey Herodes quiso hacerle un regalo especial a la joven. Le dijo: “Cualquier cosa que me pidas, te la daré, hasta la mitad de mi reino”.

¿Qué debía pedir? ¿Dinero? ¿Ropa bonita? ¿Un palacio para ella sola? La muchacha no sabía qué decir, así que fue a donde estaba su madre, Herodías, y le preguntó : “¿Qué debo pedir?” Como la reina adúltera odiaba con todas sus fuerzas a Juan el Bautista, le dijo a su hija que pidiera la cabeza del profeta. La muchacha volvió ante el rey y le dijo: “Quiero que me des ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista”.

El rey Herodes sabía que Juan era un hombre justo, que servía al Eterno, y no quería matarlo. Pero Herodes había hecho una promesa y le preocupaba lo que pensarían sus invitados si no la cumplía. Por eso envió a un soldado a la prisión para que le cortara la cabeza a Juan. El soldado volvió enseguida con la cabeza en una bandeja y se la dio a la muchacha. Entonces ella se la llevó a su madre (Marcos 6:17-29).

La otra fiesta de cumpleaños de la que habla la Biblia tampoco fue buena. Se celebró en honor de un rey de Egipto. Durante aquella fiesta, el rey también ordenó que le cortaran la cabeza a una persona. Además, después mandó que colgaran el cuerpo para que se lo comieran las aves (Génesis 40:19-22). 

Estos dos actos se explican ante el hecho de que los reyes y emperadores tenían la costumbre de celebrar sus cumpleaños ejecutando gente. El historiador judío Josefo escribe: “Mientras Tito permanecía en Cesarea, celebró el cumpleaños de su hermano Domiciano con gran esplendor, dando muerte a más de 2.500 prisioneros en juegos con fieras y llamas. Después de esto pasó a Berito [Beirut], una colonia romana en Fenicia, donde celebró el cumpleaños de su padre dando muerte a muchos más cautivos en elaborados espectáculos”. (Las guerras de los judíos, VII, 37 [III, 1]

¿Crees que el Eterno Dios aprobó esas dos fiestas?...

 ¿Te hubiera gustado ser un invitado en ellas?...

Sabemos que todo lo que está escrito en la Biblia tiene un propósito. Pues bien, en ella solo se habla de dos fiestas de cumpleaños. Y en las dos se hicieron cosas malas como parte de la celebración. Entonces, ¿qué piensas tú que Dios nos está diciendo sobre las fiestas de cumpleaños? ¿Quiere él que las celebremos?..

2 comentarios:

MUY BUEN MENSAJE DE ALERTA PARA NO ERRAR EN ESTA GENERACIÓN. ESTA ENSEÑANZA DEBE SER MUY BIEN PRACTICADA POR PADRES JÓVENES QUE ATAN A SUS HIJOS A COSTUMBRES A FIESTAS PAGANAS QUE NO SON DEL ETERNO. GRACIAS POR LA INSTRUCCIÓN

GRACIAS POR LA INSTRUCCION, COMO HIJA DE DIOS YO LO TOMO PERO COMO SE LO EXPLICO A MI ESPOSO,QUE DEBO DE HACER O COMO DEBO DE REEMPLAZAR UNCUMPLEAÑOS.GRACIAS APOSTOL

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